Reem
03-19-2023, 07:59 AM
Este lunes 20 de marzo se cumplen 20 a?os de la invasi?n de Irak por parte de una coalici?n de pa?ses liderada por Estados Unidos, un conflicto que dio lugar a un amplio movimiento de rechazo civil y a multitudinarias manifestaciones de protesta. El grito de 'No a la guerra' de millones de personas llen? plazas y calles de las principales capitales europeas, las mismas que desde hace m?s de un a?o observan en silencio la cruenta escalada bélica en Ucrania y la mayor carrera armamentista mundial que esta ha provocado en décadas.
En los ?ltimos 12 meses, salvo contadas excepciones, apenas cientos de personas han respondido a las protestas que desde movimientos c?vicos se han organizado para pedir el fin de la guerra. En este tiempo, Finlandia y Suecia han abandonado su hist?rica neutralidad para adherirse a la OTAN. Hasta los Verdes alemanes han renunciado a su etiqueta hist?rica de pacifistas y se han disparado las compras de armamento europeo, un 47% m?s en el periodo 2018-2022, porcentaje que sube al 65% si se incluye a todos los pa?ses de la OTAN en el continente, seg?n el ?ltimo informe del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
Posicionamiento imperceptible
La invocaci?n del derecho a la leg?tima defensa y una l?gica militarista basada en la idea de que para conseguir la paz hay que lucharla en la guerra se ha impuesto y apenas asoman cr?ticas a este discurso casi hegem?nico. Solo desde los sectores m?s a la izquierda se contesta esta deriva, pero este posicionamiento es tan minoritario, al menos en p?blico, que ni es perceptible por el conjunto de la sociedad.
?D?nde est? en esta coyuntura, pues, el pacifismo, que en Espa?a tom? impulso en los 80 -al finalizar la dictadura- se manifest? en el movimiento anti-OTAN, contra el servicio militar obligatorio, se manifest? durante las guerras balc?nicas (Bosnia y Kosovo) y eclosion? en movilizaciones masivas contra la guerra de Irak? ?Se ha quedado sin margen de maniobra ante la brutalidad de la invasi?n rusa en Ucrania y ha perdido su sentido?
El historiador Francisco J. Leira, coordinador del libro 'El pacifismo en Espa?a desde 1808 a la guerra de Iraq' (Akal, Pensamiento Cr?tico), un completo ensayo escrito por varios autores, discrepa. "El pacifismo, como todos los movimientos pol?ticos o sociales, va evolucionando a lo largo del tiempo. No es lo mismo el pacifismo de los a?os 30 o 60 del siglo pasado que el actual. El pacifismo de ahora no es uniforme. Los sectores que creen que para conseguir la paz a lo mejor hay que realizar la guerra también se consideran a ellos mismos pacifistas", afirma.
"Los sectores que creen que para conseguir la paz a lo mejor hay que realizar la guerra también se consideran a ellos mismos pacifistas"
Una afirmaci?n que rebate Tica Font, fundadora del Centre d’Estudis per la Pau J. M. Delàs y quien en su perfil de Twitter se define como pacifista. Font recuerda que el pacifismo siempre ha sido un movimiento minoritario y pide no confundir "con pacifistas a los que dicen que trabajan por la paz aunque ello suponga defender la guerra". "Los pacifistas siempre se preguntar?n qué clase de paz es la que se consigue a través de la violencia. Ser? la paz del vencedor, pero al vencido, ?quién se la da?", afirma.
Ni antimilitarismo ni antibelicismo
En palabras de quienes como ella se declaran pacifistas en el sentido m?s cl?sico del término, el movimiento es la l?nea de pensamiento que trata de actuar sobre las causas de los conflictos para que no acaben en una guerra, y busca alternativas al uso de la violencia. El ensayo coordinado por Leira lo define como un «rechazo frontal a cualquier tipo de violencia» y hace la distinci?n entre este término, antimilitarismo y antibelicismo. Ni los tres conceptos son lo mismo ni son ideas estancas, sino que se adaptan a cada periodo, cuenta.
Pol Bargués, investigador del CIDOB, y autor del libro 'La paz diferida', sostiene en cambio que el movimiento pacifista se encuentra en estos momentos «un poco desorientado» porque ante una invasi?n "flagrante y con un discurso ruso muy belicista es dif?cil poder defender la posici?n de ‘ni un arma a Ucrania’". "El movimiento pacifista defiende que nunca es el momento de la guerra y no tiene espacio aqu? porque el discurso mayoritario es que Ucrania tiene derecho a defenderse", subraya.
Pol Bargués, investigador del CIDOB, afirma que el movimiento pacifista est? en estos momentos "un poco desorientado" ante esta invasi?n rusa "tan flagrante"
No obstante, este analista pide hacer una distinci?n entre el derecho a la defensa que tiene Ucrania y la estrategia de seguir apoyando y armando al pa?s hasta que gane esta guerra, la senda elegida por Occidente. No lo pod?a decir m?s claro el alto representante en pol?tica exterior de la Uni?n Europea (UE), Josep Borrell, quien ha prometido apoyo europeo a Kiev «mientras sea necesario, hasta la victoria», con el argumento que sin la ayuda armamentista europea, la capitulaci?n de Ucrania ya se hubiera producido, y con la idea de que es necesario parar a Rusia, porque si gana esta guerra «no se parar? ah?».
La amenaza existencial
Esta posici?n, la que ve a Rusia como una amenaza existencial con ambiciones expansionistas, es la que domina el discurso, explica Bargués, mientras que las voces m?s cr?ticas que sin ser pacifistas piden buscar una negociaci?n e intentar no escalar esta guerra son minoritarias. "Y esto es preocupante", subraya. "Choca que la sociedad en este ?ltimo a?o no haya sido m?s cr?tica cuando para nosotros, los europeos no hay un riesgo existencial inmediato", subraya.
"Falta un relato alternativo para buscar v?as de defensa que no sean violentas", comenta a este respecto Albert Caramés, director de la asociaci?n Fundipau, criticando también el "seguidismo" que hace Europa de Estados Unidos y la OTAN. "Estamos en un relato completamente hegem?nico en el que el derecho a una defensa armada como argumento desviste cualquier cr?tica que se pueda hacer", sostiene.
"Estamos en un relato completamente hegem?nico en el que el derecho a una defensa armada como argumento desviste cualquier cr?tica que se pueda hacer"
Federico Mayor Zaragoza, exministro centrista en los a?os 80, exdirector general de la Unesco y actualmente presidente de la Fundaci?n Cultura de Paz, es todav?a mucho m?s cr?tico y denuncia que "ante este relato hegem?nico y la plutocracia de grupos como el G-7 que gobierna el mundo, Europa ha sido incapaz de modular la respuesta a la guerra como s? hizo el entonces presidente francés, Jacques Chirac, en 2003 cuando se opuso a la guerra de Irak".
Y achaca a esta falta de liderazgo europeo el hecho de que no haya habido una respuesta de la sociedad civil al actual conflicto. "Estamos aceptando lo inaceptable. La ciudadan?a deber?a ser m?s proactiva, menos espectadora y m?s actora", afirma.
Sin m?nimo com?n denominador
El pasado 24 de febrero, al cumplirse un a?o del inicio de la invasi?n rusa a Ucrania, apenas cientos de personas salieron a la calle en Madrid y Barcelona y otras capitales espa?olas para reivindicar la paz y el fin de la escalada, siendo algo m?s numerosas en otras ciudades europeas, como Berl?n, Hamburgo, Par?s o Bruselas. El propio Caramés relata de las dificultades de organizar ahora protestas desde el Movimiento por la paz, donde en relaci?n a este conflicto conviven una diversidad de opiniones. "Cuando quieres organizar una movilizaci?n que agrupe a muchos sectores has de hacer una consideraci?n de m?nimos y tenemos divergencias que van m?s all? del com?n denominador", admite.
Recordando las masivas manifestaciones de la guerra de Irak, Tica Font admite que estas tuvieron un consenso muy amplio pero que no todos los millones de personas que se manifestaron en el mundo eran pacifistas. "En el 2003, hab?a una percepci?n muy diferente, en la sociedad y en la pol?tica, la percepci?n es que hab?a intereses de la potencia hegem?nica –Estados Unidos- para intervenir en el Golfo, para asegurar sus intereses energéticos. Ahora no hay esta percepci?n. No se perciben intereses econ?micos".
Leira coincide en este cambio de percepci?n de la sociedad pero la atribuye a la cercan?a del conflicto, que se desarrolla en las fronteras europeas. "La guerra de Ucrania nos coge muy cerca y muchos de los que gritaron No en el 2003 est?n a favor de invertir en armamento para Ucrania , independientemente de que se caiga en la contradicci?n que del mismo modo que se env?an tanques para apoyar a uno de los contendientes, se compra gas y se mantiene por otra v?a el suministro econ?mico para comprar tanques al otro contendiente", sostiene.
Para Bargués, la diferencia est? sin embargo en la naturaleza del conflicto. «"La invasi?n de Occidente a Irak fue una intervenci?n para destituir a un régimen. Esto es diferente a apoyar el derecho de Ucrania a defenderse", afirma.
Asoma de nuevo en el imaginario colectivo la idea de la guerra justa, una teor?a antigua que el pacifismo ve como una falacia para justificar guerras. "?Justa para quién?" es la pregunta que siempre permanece.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/guerra-ucrania-matado-pacifismo-84870114)
En los ?ltimos 12 meses, salvo contadas excepciones, apenas cientos de personas han respondido a las protestas que desde movimientos c?vicos se han organizado para pedir el fin de la guerra. En este tiempo, Finlandia y Suecia han abandonado su hist?rica neutralidad para adherirse a la OTAN. Hasta los Verdes alemanes han renunciado a su etiqueta hist?rica de pacifistas y se han disparado las compras de armamento europeo, un 47% m?s en el periodo 2018-2022, porcentaje que sube al 65% si se incluye a todos los pa?ses de la OTAN en el continente, seg?n el ?ltimo informe del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
Posicionamiento imperceptible
La invocaci?n del derecho a la leg?tima defensa y una l?gica militarista basada en la idea de que para conseguir la paz hay que lucharla en la guerra se ha impuesto y apenas asoman cr?ticas a este discurso casi hegem?nico. Solo desde los sectores m?s a la izquierda se contesta esta deriva, pero este posicionamiento es tan minoritario, al menos en p?blico, que ni es perceptible por el conjunto de la sociedad.
?D?nde est? en esta coyuntura, pues, el pacifismo, que en Espa?a tom? impulso en los 80 -al finalizar la dictadura- se manifest? en el movimiento anti-OTAN, contra el servicio militar obligatorio, se manifest? durante las guerras balc?nicas (Bosnia y Kosovo) y eclosion? en movilizaciones masivas contra la guerra de Irak? ?Se ha quedado sin margen de maniobra ante la brutalidad de la invasi?n rusa en Ucrania y ha perdido su sentido?
El historiador Francisco J. Leira, coordinador del libro 'El pacifismo en Espa?a desde 1808 a la guerra de Iraq' (Akal, Pensamiento Cr?tico), un completo ensayo escrito por varios autores, discrepa. "El pacifismo, como todos los movimientos pol?ticos o sociales, va evolucionando a lo largo del tiempo. No es lo mismo el pacifismo de los a?os 30 o 60 del siglo pasado que el actual. El pacifismo de ahora no es uniforme. Los sectores que creen que para conseguir la paz a lo mejor hay que realizar la guerra también se consideran a ellos mismos pacifistas", afirma.
"Los sectores que creen que para conseguir la paz a lo mejor hay que realizar la guerra también se consideran a ellos mismos pacifistas"
Una afirmaci?n que rebate Tica Font, fundadora del Centre d’Estudis per la Pau J. M. Delàs y quien en su perfil de Twitter se define como pacifista. Font recuerda que el pacifismo siempre ha sido un movimiento minoritario y pide no confundir "con pacifistas a los que dicen que trabajan por la paz aunque ello suponga defender la guerra". "Los pacifistas siempre se preguntar?n qué clase de paz es la que se consigue a través de la violencia. Ser? la paz del vencedor, pero al vencido, ?quién se la da?", afirma.
Ni antimilitarismo ni antibelicismo
En palabras de quienes como ella se declaran pacifistas en el sentido m?s cl?sico del término, el movimiento es la l?nea de pensamiento que trata de actuar sobre las causas de los conflictos para que no acaben en una guerra, y busca alternativas al uso de la violencia. El ensayo coordinado por Leira lo define como un «rechazo frontal a cualquier tipo de violencia» y hace la distinci?n entre este término, antimilitarismo y antibelicismo. Ni los tres conceptos son lo mismo ni son ideas estancas, sino que se adaptan a cada periodo, cuenta.
Pol Bargués, investigador del CIDOB, y autor del libro 'La paz diferida', sostiene en cambio que el movimiento pacifista se encuentra en estos momentos «un poco desorientado» porque ante una invasi?n "flagrante y con un discurso ruso muy belicista es dif?cil poder defender la posici?n de ‘ni un arma a Ucrania’". "El movimiento pacifista defiende que nunca es el momento de la guerra y no tiene espacio aqu? porque el discurso mayoritario es que Ucrania tiene derecho a defenderse", subraya.
Pol Bargués, investigador del CIDOB, afirma que el movimiento pacifista est? en estos momentos "un poco desorientado" ante esta invasi?n rusa "tan flagrante"
No obstante, este analista pide hacer una distinci?n entre el derecho a la defensa que tiene Ucrania y la estrategia de seguir apoyando y armando al pa?s hasta que gane esta guerra, la senda elegida por Occidente. No lo pod?a decir m?s claro el alto representante en pol?tica exterior de la Uni?n Europea (UE), Josep Borrell, quien ha prometido apoyo europeo a Kiev «mientras sea necesario, hasta la victoria», con el argumento que sin la ayuda armamentista europea, la capitulaci?n de Ucrania ya se hubiera producido, y con la idea de que es necesario parar a Rusia, porque si gana esta guerra «no se parar? ah?».
La amenaza existencial
Esta posici?n, la que ve a Rusia como una amenaza existencial con ambiciones expansionistas, es la que domina el discurso, explica Bargués, mientras que las voces m?s cr?ticas que sin ser pacifistas piden buscar una negociaci?n e intentar no escalar esta guerra son minoritarias. "Y esto es preocupante", subraya. "Choca que la sociedad en este ?ltimo a?o no haya sido m?s cr?tica cuando para nosotros, los europeos no hay un riesgo existencial inmediato", subraya.
"Falta un relato alternativo para buscar v?as de defensa que no sean violentas", comenta a este respecto Albert Caramés, director de la asociaci?n Fundipau, criticando también el "seguidismo" que hace Europa de Estados Unidos y la OTAN. "Estamos en un relato completamente hegem?nico en el que el derecho a una defensa armada como argumento desviste cualquier cr?tica que se pueda hacer", sostiene.
"Estamos en un relato completamente hegem?nico en el que el derecho a una defensa armada como argumento desviste cualquier cr?tica que se pueda hacer"
Federico Mayor Zaragoza, exministro centrista en los a?os 80, exdirector general de la Unesco y actualmente presidente de la Fundaci?n Cultura de Paz, es todav?a mucho m?s cr?tico y denuncia que "ante este relato hegem?nico y la plutocracia de grupos como el G-7 que gobierna el mundo, Europa ha sido incapaz de modular la respuesta a la guerra como s? hizo el entonces presidente francés, Jacques Chirac, en 2003 cuando se opuso a la guerra de Irak".
Y achaca a esta falta de liderazgo europeo el hecho de que no haya habido una respuesta de la sociedad civil al actual conflicto. "Estamos aceptando lo inaceptable. La ciudadan?a deber?a ser m?s proactiva, menos espectadora y m?s actora", afirma.
Sin m?nimo com?n denominador
El pasado 24 de febrero, al cumplirse un a?o del inicio de la invasi?n rusa a Ucrania, apenas cientos de personas salieron a la calle en Madrid y Barcelona y otras capitales espa?olas para reivindicar la paz y el fin de la escalada, siendo algo m?s numerosas en otras ciudades europeas, como Berl?n, Hamburgo, Par?s o Bruselas. El propio Caramés relata de las dificultades de organizar ahora protestas desde el Movimiento por la paz, donde en relaci?n a este conflicto conviven una diversidad de opiniones. "Cuando quieres organizar una movilizaci?n que agrupe a muchos sectores has de hacer una consideraci?n de m?nimos y tenemos divergencias que van m?s all? del com?n denominador", admite.
Recordando las masivas manifestaciones de la guerra de Irak, Tica Font admite que estas tuvieron un consenso muy amplio pero que no todos los millones de personas que se manifestaron en el mundo eran pacifistas. "En el 2003, hab?a una percepci?n muy diferente, en la sociedad y en la pol?tica, la percepci?n es que hab?a intereses de la potencia hegem?nica –Estados Unidos- para intervenir en el Golfo, para asegurar sus intereses energéticos. Ahora no hay esta percepci?n. No se perciben intereses econ?micos".
Leira coincide en este cambio de percepci?n de la sociedad pero la atribuye a la cercan?a del conflicto, que se desarrolla en las fronteras europeas. "La guerra de Ucrania nos coge muy cerca y muchos de los que gritaron No en el 2003 est?n a favor de invertir en armamento para Ucrania , independientemente de que se caiga en la contradicci?n que del mismo modo que se env?an tanques para apoyar a uno de los contendientes, se compra gas y se mantiene por otra v?a el suministro econ?mico para comprar tanques al otro contendiente", sostiene.
Para Bargués, la diferencia est? sin embargo en la naturaleza del conflicto. «"La invasi?n de Occidente a Irak fue una intervenci?n para destituir a un régimen. Esto es diferente a apoyar el derecho de Ucrania a defenderse", afirma.
Asoma de nuevo en el imaginario colectivo la idea de la guerra justa, una teor?a antigua que el pacifismo ve como una falacia para justificar guerras. "?Justa para quién?" es la pregunta que siempre permanece.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/guerra-ucrania-matado-pacifismo-84870114)