"Me toc? y a mi compa?era de habitaci?n le hizo lo mismo; cuando sal?amos de la ducha y nos ?bamos al dormitorio entraba sin llamar a la puerta; ocurr?a todos los d?as”. Este relato se escuch? ayer en una sala de vistas de la Ciudad de la Justicia de Vigo, la del Juzgado de lo Penal n?mero 3. Quien lo realiz? fue una mujer con discapacidad intelectual que en 2020, durante la época m?s dura del estado de alarma que oblig? al confinamiento domiciliario, fue supuestamente v?ctima de abusos sexuales por parte de un monitor en el piso tutelado donde resid?a junto a otros compa?eros.

La v?ctima no estaba presencialmente en la sala de vistas. Sus manifestaciones se escucharon gracias a una grabaci?n realizada ya durante la fase previa de instrucci?n judicial y que se constituy? como prueba preconstituida precisamente para poder ser visualizada y escuchada con todas las garant?as en el juicio y evitar as? que la mujer tuviese que volver a declarar por estos mismos hechos. Igual que su relato, se escuch?, también como prueba preconstituida, el de su compa?era de habitaci?n, la otra v?ctima de este caso de abusos sexuales que presuntamente se produjeron entre marzo y junio de 2020, coincidiendo con la época en la que el Gobierno central decret? el estado de alarma tras irrumpir la pandemia del COVID.

En una fundaci?n

El acusado era un monitor que hab?a sido contratado por una fundaci?n que trabaja y atiende a personas con discapacidad intelectual –cuyo nombre no se divulgar? para proteger la identidad de las v?ctimas– y que, a ra?z de decretarse el confinamiento, se incorpor? como personal de apoyo en un piso tutelado donde resid?an un grupo de usuarios, entre ellos las dos perjudicadas. La Fiscal?a, que le acusa de un delito continuado de abuso sexual a estas dos mujeres, solicitaba en su escrito de calificaci?n provisional que sea condenado a 5 a?os de prisi?n, as? como que se le proh?ba acudir o participar en eventos o actividades destinadas a menores. También pide penas de alejamiento, su sometimiento a un programa de educaci?n sexual y que indemnice a cada un de las dos mujeres con 6.000 euros por da?o moral.

?l lo neg? todo. “Mi intenci?n es declarar y defenderme”, manifest? al inicio de su intervenci?n. Tras indicar en un principio que la acusaci?n en su contra pudo ser consecuencia de “malentendidos” o de una falsa “percepci?n”, a continuaci?n lleg? a declarar que cre?a que una de las mujeres lo hab?a denunciado porque ella estaba atra?da por él y la “rechaz?” y que la segunda denuncia, la de la otra usuaria, obedeci? a “hacer el chorizo m?s gordo”. Ante la sorpresa del fiscal por este y otros comentarios vertidos en esta fase del interrogatorio, aclar? que lo que él pensaba es que las compa?eras o incluso la direcci?n de la fundaci?n la habr?an “presionado” para que también formulase denuncia contra él.



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