No miren ustedes (los culés, digo) la clasificaci?n. No hay nada que hacer. El Real Madrid lidera con siete puntos menos que el Barça la tabla. Eso es as?. Esta gente es tan buena, se sabe tan poderosa, tan elegida, tan sumamente superior, que ya han ganado LaLiga. Lo que pas? la pasada jornada es la mejor prueba de ello.

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El Real Madrid recibi? al Atlético en el Bernabéu a ocho puntos del primer clasificado, que, aunque no lo parezca, sigue siendo el Barça, y, cuando acab? el partido, estaba a siete. El desastre, el adi?s a la competici?n, el esto ya est? decidido campaba a sus anchas por un entorno madridista m?s vol?til en la derrota que el futuro del PSG. Hab?a que centrarse en la Champions, que “esa es nuestra competici?n y ah? somos los putos amos jajajaja”, dec?an golpe?ndose el pecho con los pu?os de forma r?tmica a la vez que muy masculina (o no).

Eso sucedi? un s?bado y, un d?a m?s tarde, el bipolarismo blanco hizo acto de presencia cuando Xavi le dio la mano a Rubi y le dijo: “Felicitats, crack”. Aunque no lo parezca, nada hab?a cambiado, por lo menos en lo que a las matem?ticas se refiere, en el Real Madrid. Cuando el partido del Barça acab?, segu?an a los mismos siete puntos de diferencia que un d?a antes. Hab?an recortado un punto respecto a hac?a una semana, eso s?.

Al parecer, ese es un punto, nunca mejor dicho, de inflexi?n que convierte al equipo que dirige el bueno de Carletto, todo un caballero cuando le apetece (que no es siempre), en el m?ximo favorito para hacerse con el t?tulo, para repetir un a?o después de ganar ante la incomparecencia del Barça que dirigieron a medias Koeman y Xavi.

Ojal? el Barça tuviera un uno por ciento de la autoestima que tiene el madridismo, que se ve campe?n mientras, a seis cientos kil?metros, y pese a mantener una ventaja enorme, ya empiezan a mostrar sus carencias emocionales. Est? bien que as? sea porque, ahora s?, ha llegado el momento de que el Barça de Xavi crezca. Hasta ahora se le ha mimado con m?s o menos condescendencia, pensando en el futuro y no en el presente, mirando m?s de donde viene que d?nde est?. Esto, ahora, va a cambiar. Es la primera vez que este proyecto est? arriba, con cierta ventaja, respecto a su gran perseguidor. Es el momento de demostrar que esto no va de broma, que se siente fuerte. Es hora de aguantar el tir?n, por muy fuerte que sean los altavoces madridistas. Ser perseguidor es mucho m?s sencillo, incluso m?s c?modo, que ser el perseguido, pero el espectador solo se acuerda de quien llega primero al final de la pel?cula. El Barça habr? vuelto cuando sepa aguantar la presi?n.



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