Los cl?sicos son partidos que tienen vida propia. Nada de lo que se ha hecho antes importa. Ni lo bueno ni lo malo. Son duelos que traspasan cualquier raz?n futbol?stica para adentrarse en el terreno emocional. La pasi?n se desborda y eso provoca que, dentro y fuera del campo, se trastoquen todos los par?metros de la l?gica. En un Madrid-Barça no sirven ni las estad?sticas hist?ricas ni el rendimiento actual de los equipos. Los cl?sicos son tan imprevisibles como emocionantes. Y por eso son tan atractivos. La ida de las semifinales de Copa llegaba en un momento de minicrisis para el Barça después de dos derrotas consecutivas y una ?nica victoria en los ?ltimos cuatro encuentros. El Madrid, tras arrollar al Liverpool en la Champions hab?a dado por bueno su empate en el derbi ante el Atlético gracias al imperdonable tropez?n de los blaugranas en Almer?a.

Todo parec?a indicar, pues, que el conjunto de Ancelotti ten?a las de ganar. Incluso Xavi les reconoci? el rol de principal candidato al triunfo: “El Madrid es el favorito. Es el campe?n de Liga y Champions...”. Pero un cl?sico es un cl?sico y en el Bernabéu volvi? a quedar demostrado. Un Barça con tres bajas vitales (Pedri, Lewandowski y Dembélé) fue capaz de lograr un triunfo heroico que le acerca a su objetivo de*disputar la final del torneo. Contra todo pron?stico y jugando un partido que podr?a considerarse la ant?tesis de su estilo, los blaugranas asaltaron el estadio blanco con una victoria tan reivindicativa como bals?mica.

DOMINIO TOTAL DEL MADRID

La primera parte fue muy intensa, con cierta sobreexcitaci?n en algunos futbolistas como Vinicius o Gavi. El Madrid domin?, tuvo el control, pero apenas cre? ocasiones de peligro. Y el Barça, que se emple? a fondo bloqueando a los blancos, supo aprovechar su oportunidad para ponerse por delante en el marcador con un gol de rebote de Kessie con la colaboraci?n de Militao. El plan de Xavi estaba funcionando: trabajar como un equipo ‘peque?o’ para ganar como un grande. En la segunda mitad se repiti? el gui?n. Un mon?logo del Madrid y un conjunto blaugrana defendiéndose ordenadamente pero sin tener bal?n. Algo inaudito pero obligado por las ausencias de los futbolistas con m?s talento y m?s desequilibrantes.

El control de los blancos, sin embargo, fue infructuoso porque apenas inquiet? la porter?a de Ter Stegen. El Barça tuvo suficiente con aplicarse con eficacia en su tarea destructiva para llevarse un triunfo extraordinario. No por el f?tbol desplegado, por supuesto, pero si por la trascendencia de la victoria. El Barça supo adaptarse a las circunstancias adversas y se llev? un merecid?simo premio.



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