Humildad, qué bonita palabra. Tan bella como dif?cil de aceptar y digerir cuando no eres nadie o eres muy poco.

M?s informaci?n (Auto)


T?tulo noticia (Auto)






Cuando te llaman por tu apellido a gritos a la vez que sue?as, con rabia, que sea por tu nombre. Cuando se dirigen a ti en la segunda persona del singular. “Oye, t?”. A ti o a tu madre, la misma se?ora que limpiaba edificios cuando tu eras un cr?o y ahora la adulan porque eres un campe?n del mundo. O a la mejor jugadora del planeta, acumulando Balones de Oro, The Best y menciones en todos los lugares de referencia en los que aparece la palabra ‘mujer’. O al n?mero uno de todos los tiempos, Messi, que lleg? a Barcelona buscando su El Dorado personal y profesional y donde aprendi? y sufri? mucho antes de vestirse de Dolce & Gabanna una gala s? y otra, también. La humildad es aquello que destilas, m?s all? de los brillos que tanto gustan a Alexia y a Leo, y que ambos tienen tan interiorizada. M?s all? del m?rqueting que a uno y a otro les da media vida, hay una madre y una hermana que han vivido lo que no est? escrito y una esposa y tres hijos a los que mandas a dormir en plena entrega de premios porque ya no son horas y a los que prometiste volver a su casa de Castelldefels. Una y otro saben perfectamente de donde vienen, aunque les arrastren de la mano para indicarles hacia d?nde van. La humildad puede caminar junto al glamour sin que éste busque adelantarse a la primera. Lo saben y lo destilan. Y ello les hace cercanos.

Juli?n Calero, entrenador del Burgos, nos ayud? a poner los pies en la tierra un poco a todos con una met?fora. “Seguiremos comiendo bocadillos de mortadela aunque nos acerquemos al caviar”. El técnico no hizo m?s que rese?ar una realidad que vive el 90% del mundo del f?tbol y el 95% del mundo en general. “Lo importante es disfrutar del camino”, dec?a Alexia tras levantar un premio de casi seis kilos y medio. Sabe lo que pesa desde que era una ni?a y también hoy, con una lesi?n que la ha apartado de lo que la hace feliz y la realiza como persona. Una bofetada de la vida que, gracias a sus logros previos, la sigue manteniendo en el candelero a la espera de su retorno. Y lo sabe. Por eso sigue siendo, a pesar de las luces de ne?n, esa futbolista que sabe lo f?cil que es que todo se vaya al traste y lo dif?cil que es digerir la mortadela cuando lo que te apetece es la tostada de caviar con mantequilla que te has ganado. Esa es la lecci?n que nos dejan un hombre y una mujer que, siendo los mejores y a pesar del sistema, se visten de humildad. Aprend?mosla.



أكثر...