Pol lleg? a casa el lunes de la semana pasada y, como cada d?a, dijo que estaba "bien" cuando sus padres le preguntaron c?mo hab?a ido en el instituto. "Si no va bien y va mal, puedes decir que ha ido mal", le hicieron ver. Pero insisti? en que hab?a ido "bien". Comi? y se encerr? en su habitaci?n, a hacer los deberes. Veinte minutos después, su padre entr? en el cuarto y lo encontr? vac?o. Sobre el escritorio, una nota, que parec?a de despedida.

"Pensamos que se tratar?a de un trabajo que estaba haciendo para la escuela. No entend?amos qué estaba pasando", admite Josep, el padre. A los pocos segundos, el ruido de unas sirenas de una ambulancia acerc?ndose hicieron que se asomaran al balc?n y descubrieron a su hijo en la calle.

"Cre?mos que hab?a muerto", explica Josep, que ha necesitado que transcurriese una semana entera, y ver que Pol saldr? de esta, para poder encontrar las palabras para expresar lo que han sido sus ?ltimos d?as y los de su mujer, los peores de la vida de ambos. Quiere hablar porque se lo ha pedido Pol. Lo ha hecho en una publicaci?n de Facebook. Y ahora atendiendo a este diario.

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El aviso de enero

"Creo que después de Navidad Pol se deprimi?". Diagnosticado de un grado leve de asperger, un Trastorno del Espectro Autista (TEA), revel? que un grupo de chicos del Institut Els Alfacs de La Ràpita (Tarragona) se burlaban de él. "Sab?amos que no quer?a salir al patio y que se quedaba en la biblioteca, pero nos hab?a dicho que era porque los chicos jugaban a f?tbol y hablaban de chicas y que a él eso no le interesaba. Supongo que también era cierto, pero nos hab?a ocultado que se re?an de él", explica Josep.

Los padres hablaron con la tutora y esta les prometi? que tomar?an cartas en el asunto. "Es verdad que en el instituto se han esforzado durante estos dos cursos escolares para que Pol aprenda. Al principio sacaba malas notas porque se distrae con facilidad y ahora han conseguido que siga el ritmo y sus resultados académicos son de los mejores", les reconoce Josep. Pero, en cuanto a las burlas de los otros chicos, "no hicieron nada", lamenta.

Pol fue diagnosticado a los 9 a?os y desde entonces acude peri?dicamente al psic?logo. Recibe asimismo la ayuda de psicoterapeutas. "Es un chico especial, al que le cuesta relacionarse y que parece que esté bien sin amigos, cuando la realidad es que es una persona muy sensible y que los necesita", lo describe su padre. "Si comienzas a hablar con él, se arranca enseguida. Tiene una memoria prodigiosa y es capaz de recordar 2.000 nombres de un juego de cartas, por ejemplo", a?ade. Sin embargo, es "un poco distinto" al resto, como lo es también su forma de moverse. Por eso algunos alumnos se re?an de él. Ignorando el dolor que le causaban.

El silencio

Josep asegura que Pol se esforz? en que ni él ni su madre notaran el grado de desesperaci?n que sent?a. "No lo ve?amos tan mal", asegura. Pero el lunes 20 de febrero escribi? que "no deseaba vivir en un mundo donde la mala gente es aplaudida y las personas sensibles, nobles y de buen coraz?n, siempre tienen las de perder", y salt? por el balc?n de su habitaci?n.

"Est? fuerte y cay? de pie. Se rompi? brazos, piernas, dos costillas y se fractur? dos vértebras. Lleva tres operaciones quir?rgicas. Pero no se golpe? la cabeza ni qued? afectado ning?n ?rgano vital", detalla Josep, que lo vive como un milagro. También porque ahora Pol asegura haber recuperado las ganas de vivir y de querer compartir su experiencia. "Seguro que se lee esta noticia, y revisar? si est? todo correcto", advierte.

La investigaci?n

Los Mossos d’Esquadra han iniciado una investigaci?n para aclarar lo ocurrido tras el intento de suicidio. Entre otras diligencias, deber?n tomar declaraci?n a los responsables del colegio. Eso ha provocado que la familia haya dejado de tener noticias del centro, cree Josep. Al teléfono m?vil de Pol llegaron durante las primeras horas decenas de mensajes de compa?eros de clase, muchos eran de afecto, pero también se han detenido. Posiblemente, por orden del colegio, respetuoso con la investigaci?n policial.

"No es que recibiera un 'bullying' muy duro, es que se burlaban de él y acabaron haciéndole da?o", insiste Josep. La polic?a catalana deber? medir ahora en qué grado lo que sucedi? en el instituto lo empuj? a tratar de matarse. Una investigaci?n tan compleja como la que ata?e al caso de las gemelas de Sallent, en el que dos hermanas de 12 a?os saltaron también por el balc?n: una de ellas muri? –la que deseaba ser tratada como un chico en el instituto y sufri? mofa por ello, seg?n su familia– y la otra result? herida de gravedad.



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