“Es un desprop?sito. Vaya esperpento”. Los grupos parlamentarios coinciden en sus calificativos al hablar de la moci?n de censura que este lunes registrar? oficialmente Vox sobre la una de la tarde y que tendr? como candidato a Ram?n Tamames. Lo ?nico claro hasta el momento es que la moci?n puede tener consecuencias impredecibles y que el Gobierno lo ve como una oportunidad.

En el partido de Santiago Abascal mantienen que el debate les dar? el foco que necesitan y llevan tiempo buscando, conf?an en la “genialidad” que representa el exdirigente del PCE y en que ser? capaz de escenificar el rechazo social hacia el Gobierno de coalici?n m?s all? del votante de la derecha.

Pero el camino hasta pactar las l?neas generales con el candidato no ha sido sencillo. Y el gran temor se centra ahora en todas las derivadas de un debate parlamentario que se sale del control de Vox. El partido, directamente Abascal, ha acordado con Tamames los trazos b?sicos de su intervenci?n inicial. El economista y hombre clave de la Transici?n escribir? el discurso y asegura no tener “vetos” de ning?n tipo. Pero Vox quer?a asegurarse de que no plantear? l?neas rojas para su formaci?n. Ese es el acuerdo. Luego llegar?n las réplicas. “Y ah? ya, dependemos de él”, reconocen en el grupo parlamentario.

Ese mel?n constituye el principal agobio para el partido de Abascal. Primero, por la reacci?n que tendr?n el resto de grupos parlamentarios y que a?n no est? clara Algunos socios habituales de Pedro S?nchez como ERC han deslizado la idea de no responder al candidato o utilizar un perfil muy bajo para evitar dar relevancia al debate. En Vox desconf?an de esa idea y dan por hecho que todos intervendr?n. Y, adem?s, Moncloa entiende que el candidato merece “todo el respeto” y que la moci?n de censura servir? para afianzar a la mayor?a que respalda al Gobierno.

En segundo lugar, en el partido ultra reconocen que cada réplica de Tamames ser? fruto de la improvisaci?n. Los ‘puntos calientes’, explican en el partido, son las “provocaciones” que pueden salir de los socios y, sobre todo, de los partidos independentistas.

“Veremos a ver c?mo responde a Rufi?n”, pon?an de ejemplo algunos diputado. El portavoz republicano ya advirti? estos d?as que “escuchar? el proyecto de pa?s y después contestar?”, a?adiendo que “la extrema derecha no quiere gobernar, sino que solo aportar? ruido”. En Vox dan por hecho que todos sus ataques ir?n dirigidos al partido, pero reconocen que el exdirigente del PCE podr?a lanzarse contra los grupos independentistas si as? lo considera.

Los ataques, a VOX

Los de Abascal cuentan con que su l?der ser? el centro de todas las cr?ticas, aunque el candidato sea Tamames. Pero, m?s all? de eso, la respuesta corre de la mano del candidato. Por lo tanto, incluso la defensa de Vox depender? de lo que decida el exdirigente del PCE.

Tampoco est? clara la estrategia del PP m?s all? del perfil bajo por el que apostar?n. Alberto N??ez Feij?o ya insist?a tras la confirmaci?n de la moci?n de censura que su partido “respeta la biograf?a de Tamames, su nivel académico”, y que no tendr?an cr?ticas para él, aunque “no comparten su decisi?n personal” de ir de la mano de Vox. Cosa distinta son los ataques que lanzar?n contra Abascal, a quien acusan de regalarle a Pedro S?nchez una victoria parlamentaria en el peor momento de su Gobierno, “dividido y en implosi?n”.

En Vox son conscientes también de que en algunos momentos del discurso podr?a visibilizarse una sensibilidad de Tamames m?s cercana a los postulados del PP. “Pueden pasar muchas cosas. Pero confiamos en él y en lo que representa”, resume un dirigente de la c?pula.

El calendario

Lo que a?n est? por ver es cu?ndo se celebrar? el debate en s?. La Constituci?n establece que deben pasar cinco d?as, como m?nimo, desde que se registra la moci?n hasta que se celebra. Lo que no fija es un plazo m?ximo, por lo que depender? de la decisi?n de la presidenta, Meritxell Batet, que estar? en coordinaci?n con la agenda y los intereses del presidente del Gobierno. La otra moci?n que Vox present? en octubre de 2020 tard? casi un mes en debatirse. La excepci?n fue precisamente la que llev? a S?nchez a la Moncloa, que solo tard? una semana en producirse.



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