La pr?xima vez que vaya al cine, al teatro, a un auditorio, a un congreso, a una rueda de prensa, a un palco VIP de un estadio de f?tbol -si es que también tiene la oportunidad de entrar ah?-, f?jese en quién ha hecho la butaca en la que se sienta. Si es de hace unos a?os, igual tiene suerte y aparece un n?mero de teléfono con prefijo 941 en la chapa. Si no, casi seguro ver? la palabra Ezcaray escrita por alg?n lado o el logo de*Ascénder, Ezcaray Seating o Euro Seating*grabado en alguna parte del asiento. Estas tres empresas de un pueblo de menos de 2.200 personas de La Rioja, conocido por su estaci?n de esqu?, sus rutas de monta?a, sus mantas y el restaurante*doble estrella Michelin Echaurren, se han colado en las salas de espect?culos y otras colectividades de todo el mundo por los sillones en los que el p?blico se apoya para contemplar el espect?culo.
En 1955, un total de 17 hombres con un capital individual de 100 pesetas fundaron la Sociedad Cooperativa Obrera de Ezcaray, una localidad al oeste de La Rioja. Se les concedi? un crédito de otras 47.000 pesetas para que comprasen maquinaria y pusiesen en marcha su*proyecto de convertirse en la principal f?brica de butacas de cine de Espa?a. Los socios ya conoc?an el negocio. Hab?an trabajado en la Siller?a Segura, que cerr?. Las primeras butacas de la cooperativa se fabricaron de manera artesanal con madera maciza procedente de la sierra de la Demanda, donde se encuentra este pueblo. Ahora, ese material "viene sobre todo de empresas de Navarra y del Pa?s Vasco", explica Juan Carlos S?ez, jefe de Ventas de la renovada cooperativa, que pas? a llamarse Ezcaray Internacional y que actualmente se denomina Ezcaray Seating.**
Un empleado de la cooperativa Ezcaray Seating trabaja en la fabricaci?n de butacas. | A. A.
Todo segu?a su curso. La cooperativa estaba a punto de cumplir 40 a?os sobreviviendo al resto de la industria que deca?a en Ezcaray. Pero, a finales del siglo pasado, en 1994, dos socios de la organizaci?n que llevaban trabajando desde los 14 a?os en este sector, Juan Carlos ?beda y Gonzalo Robredo,*decidieron disgregarse y fundar su propia empresa, Euro Seating,*con "la muy valiosa incorporaci?n de nuestras mujeres Valvanera Garc?a y Marta Crespo", se?ala Robredo, director general de la compa??a. "Ellos sabr?n por qué se fueron, pero quiero creer que se tratar?a de disidencias entre los propios socios", considera Juan Carlos S?ez.
Nadie da demasiados detalles de esta separaci?n. Gonzalo Robredo s?lo aclara que, para crear su empresa, "hipotecamos nuestras viviendas y todo cuanto ten?amos, para hacer nuestros primeros moldes de inyecci?n", y, en estos momentos, Euro Seating se ha convertido en "l?der europeo y una de las mejores empresas del mundo" en el sector. De hecho, de las tres fabricantes de butacas que sobreviven en Ezcaray, después de que a partir de la crisis de la construcci?n cerrasen las de muebles que llevaban décadas instaladas en el pueblo, Euro Seating es la que m?s factura actualmente.
De acuerdo con las cuentas relativas a 2021 presentadas en el Registro Mercantil, consultadas por*EL PERI?DICO DE ESPA?A, del grupo Prensa Ibérica, la compa??a que dirigen Robredo y ?beda ingres? durante ese ejercicio m?s de*11,6 millones de euros por la fabricaci?n y comercializaci?n de sillas y butacas. De esa cantidad, m?s del 80% de los ingresos proven?an de transacciones en el exterior: 4,1 millones en pa?ses de la Uni?n Europea y otros 5,5 del resto del mundo. Destacan como mercados fuertes en los que est?n presentes Alemania, Kazajist?n, Arabia Saud?, Sud?frica o México, donde han instalado una sede de la empresa. En 2022, esos negocios han crecido hasta los 13,3 millones, sostiene la empresa.
Suyos son el Paris La Défense Arena, el mayor estadio cubierto de Europa; el estadio Alfredo Harp Hel?, del equipo de béisbol de los Diablos Rojos (Ciudad de México), con m?s de 20.000 butacas, o para el nuevo San Mamés de Bilbao; el teatro Lope de Vega de la*Gran V?a de Madrid, que acoge, entre otros espect?culos, el musical de*El Rey Le?n; o el teatro Campos El?seos (Bilbao),*con un sistema que hace girar las butacas 180 grados y las oculta bajo el suelo.
Las separaciones "duelen"
El segundo divorcio en la cooperativa lleg? diez a?os después, en 2004. Entraron en juego nuevas carcasas, materiales y los mercados internacionales, como Malasia o Singapur. Fue en ese momento, en esa transformaci?n del sector, cuando cuatro socios abandonaron esa organizaci?n en la que llevaban trabajando décadas para probar suerte por separado. "Sab?amos que, si nos ?bamos, no podr?amos hacer lo mismo que hac?an ellos", sostienen desde Ascénder. Aun as?, se marcharon. Un especialista en metal, otro en ebanister?a, un tercero en dise?os y el ?ltimo en log?stica y ensamblajes empezaron de cero, pero con todos los conocimientos que hab?an adquirido en la cooperativa desde j?venes.
Tengo amigos que se han ido de la cooperativa. Nos vemos por ah?, tomamos un vino, pero no hablamos de trabajo, porque es inc?modo""La idea era apostar por un dise?o especial en colectividades, hacer butacas de gama alta, pegarme con las otras empresas del sector a nivel nacional ofreciendo productos que evidentemente cuesta m?s fabricar y el éxito lo hemos tenido por ah?", explican desde la empresa. Desde entonces, se han especializado en la fabricaci?n de asientos de gama*premium*en materiales como la piel, como los que han instalado en el Palacio de Congresos de Valencia. Sus principales rivales en el sector a nivel internacional, puntualizan, son*la catalana Figueras Seating y la italiana Poltrona Frau.
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