No han llegado las tres de la ma?ana cuando los almonte?os saltan la valla para que la Virgen del Roc?o pueda procesionar por las calles de la aldea. La ermita est? a reventar, pero los vecinos de Almonte (Huelva) forman un pasillo para que su patrona pueda discurrir sin ning?n problema por el interior del templo. En menos de diez minutos la Virgen est? fuera, las campanas replican y los vivas y palmas se repiten.
Los almonte?os m?s j?venes abren hueco entre la multitud para que el paso pueda discurrir bien. A quienes logran agarrar el paso de la Virgen se les cambia la cara. El rostro desencajado se vuelve sereno. Est?n serios. Ha llegado el momento. El fr?o aprieta y los volantes parecen por debajo de los chaquetones de plumas.
Dos hermanas almonte?as charlan sin quitarle la vista de encima. Discuten sobre cu?ntas hermandades tiene que visitar la Virgen, pero no se ponen de acuerdo, no saben si 147, 159 o cu?ntas. Hay 127. "Qué barbaridad, ese mont?n de rezos", dice una de ellas. La conversaci?n de corta cuando suena el teléfono, es su hija Roc?o, claro. "Qué guapa est?, que guapa", comenta mientras la otra. Es uno de los comentarios m?s repetidos entre los fieles que est?n esta noche en la aldea, la restauraci?n a la que se someti? la Virgen de El Roc?o este oto?o ha sido todo un éxito. Entre la multitud a las dos mujeres se le iluminan los ojos, son sus hijos, que acaban de cargar con la Virgen y su madre ya solo sabe pedir que la dejen entrar que ella también quiere llevarla.
Ni?os entre la bulla
En Umbrete llueven pétalos, pero la Virgen no se detiene, ha recorrido las primeras hermandades y quedan muchas horas por delante. No hay tiempo para tirar todos los pétalos, pero si para subir a un ni?o que no tendr? m?s de cuatro a?os. El peque?o se pasa al menos cinco minutos sentado a los pies de la patrona de Almonte, mientras otros ni?os flotan entre la bulla.
El paso cae una y otra vez. En apenas media hora, las esquinas pueden tocar hasta diez veces el suelo, las manos de los almonte?os que la llevan no impiden el porrazo en seco y a todos se les escapa una exclamaci?n. La Virgen pisa por completo el suelo y sus ojos est?n casi a la altura de los rocieros, que la miran mientras intentan guardar silencio. A trompicones, entre todos consiguen ponerla de pie cada una de las veces y los peregrinos estallan en aplausos.
Image ID:
102632182
La Virgen del Roc?o procesiona por la aldea.
EFE/Juli?n Pérez
/clip/c26aa0b5-1cc0-496e-b1c6-2df5f783be25_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg
880
495
La multitud empuja. Hay que abrir paso, una chica se ha mareado y se la tienen que llevar. El cura reza un Dios te salve y los almonte?os aprietan. "A ti llamamos los desterrados hijos de Eva" y las mujeres también empujan "porque la Virgen tiene que pasar". "Vida, dulzura y esperanza nuestra" y estallan los cohetes, no importa la prohibici?n por la nueva ley de bienestar animal, las hermandades proh?ben su uso, pero los particulares pueden elegir si se enfrentan a la multa que ello conlleva. “Vuelve a nosotros esos tus ojos” y le rajan la camisa de arriba a abajo. Los rezos se pierden entre la muchedumbre.
Suenan palmas y sevillanas desde los balcones y cuando pasa la casa hermandad de la Palma del Condado, empieza a amanecer y ella se pierde en busca de m?s romeros. "Yo siempre digo que me voy a ir, pero la miro y no puedo".
أكثر...