En tiempos de m?xima enso?aci?n elitista con la jaleada Superliga, la final de Copa de este s?bado ligar? al f?tbol con su esencia, la diversidad y la meritocracia. Por el postizo estadio de La Cartuja no desfilar?n Real Madrid y Barça, lanzaderas de esa exclusiva competici?n a la carta que pretenden engendrar. No lo har?n porque no se lo han ganado y en la Copa, como en la Liga o la Champions, no cabe un formato clasista. Cada cual que se apa?e en el campo, sin depender del reparto a dedo del encopetado de turno.

La fiesta de Sevilla, para Athletic y Mallorca, dos de los 28 equipos espa?oles que, al menos una vez, disputaron competiciones europeas. Por supuesto, todos ellos por virtudes propias, sin condici?n de meros s?bditos a los que una nomenclatura les concede una limosna de forma arbitraria.

En Vizcaya o en Baleares no precisan de una Superliga para acentuar el f?tbol como ese motor de emociones y dep?sito sentimental que no tiene parang?n desde el pasado siglo. Dos hinchadas volcadas, por m?s que La Cartuja no dé para mucho, por m?s que conseguir una entrada resulte una ecuaci?n de f?sica cu?ntica, por m?s que suponga un sindi?s abaratar un viaje de Palma a la capital andaluza. Las previsiones, con o sin boletos: 70.000 del Athletic y 21.000 del Mallorca.

Para “leones” y “bermellones” no hay Superliga que valga m?s que esta Copa. Como no hay Superliga que cale m?s entre los anglosajones que esa Premier tan intrigante por la que pujan con el coraz?n en los huesos el Liverpool, el Arsenal y el City. Y qué decir del Bayer Leverkusen, que tiene a un cent?metro su primera liga -adem?s de un triplete-. ?Le dar?an bola en la Superliga o considerar?an que le falta el encanto del Bayern M?nich?

En Sevilla, traca mayor para unos y otros. Para ese peculiar Athletic, que con su tuétano ?nico forma parte del archivo del tesoro del f?tbol espa?ol. Una entidad de 126 a?os con un estadio fabuloso, un enraizamiento social como pocos y un caladero canterano como bandera. Con esos pilares, sin m?s Mbappé a la vista que lo haya sembrado en Lezama o alrededores, no solo aspira a su 24? t?tulo de Copa, sino que tiene una plaza de Champions a tiro. ?Le abrir?an la puerta los halcones de la Superliga?

Enfrente, el Mallorca, reflotado desde las catacumbas por un conglomerado estadounidense con dos iconos de la NBA por el medio, Steve Nash y Steve Kerr. Una instituci?n con 108 a?os de vida, vencedor copero en 2003 y que desde la modestia lleg? a pelear por la Liga, por una Recopa y hasta tuvo huellas en la Copa de Europa. Hoy tiene un coqueto estadio reformado y 20.000 socios. ?De ganar este s?bado en La Cartuja pasar?a el examen de los pantocr?tores de la Superliga?

Lo mismo cabe decir del jubiloso Girona. O del Bolonia que dirige Thiago Motta, cuarto en la Serie A. Y a la inversa. ?Qué hacer con el m?tico Ajax, quinto en la liga holandesa, por detr?s del Twente y el AZ, que quiz? no llenaran medio Bernabéu? En todos los casos, el hero?smo de la debilidad, santo y se?a del f?tbol de toda la vida al que algunos quieren dejar fuera de su espumoso patio particular. El f?tbol es de todos y para todos.

Pobres ricos. No entienden nada.



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