Con apenas tres a?os de edad, una psic?loga del Servicio Especializado de Atenci?n a la Infancia y a la Adolescencia ya detect? indicios de que algo no iba bien y que conven?a derivarla al Instituto Espill, especializado en la detecci?n y tratamiento de abusos y agresiones sexuales a menores. No obstante, al ser tan peque?a no se le pudo valorar m?s all? de las entrevistas peri?dicas con las especialistas del punto de encuentro familiar. No era normal que una ni?a de tres a?os dibujara genitales o que al preguntarle sobre el d?a que m?s miedo pas? responda, entre l?grimas, que cuando durmi? con su pap?. "Mi pap? me mira con ojos malos", indicaba la peque?a, que no sab?a lo que pasaba pero que ya entonces ten?a claro que aquello que su padre le hac?a no le gustaba.

No fue hasta a?os después, ya con diez a?os la ni?a, cuando se destaparon los abusos a esta menor en una localidad valenciana de l’Horta, al descubrir por casualidad la madre unos v?deos de su hija grabados por ella en actitud er?tica "imitando un v?deo chat pornogr?fico", seg?n indica la sentencia de la secci?n cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia, que condena al padre biol?gico a seis a?os y ocho meses de c?rcel por los delitos de abusos sexuales a persona menor de 16 –con prevalimiento–, exhibicionismo y provocaci?n sexual, todos ellos con la agravante de parentesco.

Esta sentencia condenatoria pone fin a una lucha que comenz? en junio de 2017 con la denuncia interpuesta por la madre y que a punto estuvo de saldarse con una mera multa en mayo de 2021 al calificar inicialmente la Fiscal?a los hechos como constitutivos de un delito de exhibicionismo de material pornogr?fico a menores de edad. La acusaci?n particular, ejercida por el letrado penalista Vicente Monz?, logr? que el Juzgado de lo Penal n?mero dos de Valencia, donde se iba a enjuiciar, suspendiera la vista oral y retrotrajera la causa al juzgado instructor de Mislata para "perfilar debidamente los hechos delictivos imputables al acusado" ya que del testimonio de la v?ctima, realizado mediante c?mara Gesell, se desprend?a que no solo se encontraban ante un caso de exhibicionismo, sino de abusos sexuales que deb?an de ser juzgados por la Audiencia Provincial, como inform? Levante-EMV, del mismo grupo editorial.

El fallo de la Secci?n Cuarta se muestra ahora contundente con el acusado, quien aport? como elemento de defensa un informe de veracidad realizado por un perito psic?logo de parte, que inclu?a un interrogatorio mediante hipnosis en el que negaba todas las acusaciones, o argumentaciones como que al haber dibujado un ?rbol, ello denota dulzura y ternura. As?, la defensa solicitaba su libre absoluci?n al considerar que la ni?a hab?a sido manipulada por la madre, quien, seg?n aleg? el pederasta, "le hab?a amenazado con destrozarle la vida por despecho amoroso".

El tribunal considera "descabellado" y de un "angelismo improcedente" pretender que pudiera dictarse una sentencia absolutoria por c?mo el acusado ha dibujado un ?rbol, o por "haberse reconocido inocente estando hipnotizado". Adem?s, "descarta que la menor haya podido ser presionada, inducida o manipulada por terceros".

La causa pudo haber quedado en una simple multa por exhibicionismo por un error en cadena







De hecho, el fallo remarca que la menor se ha mostrado persistente en sus declaraciones, sin contradicciones, con un "relato coherente y uniforme, sin fisuras, con notable riqueza descriptiva y con un acompa?amiento de matices y sentimientos, que reafirma la credibilidad y veracidad de su testimonio". Adem?s de los tocamientos cuando estaban a solas en la buhardilla, la ni?a cuenta que su padre le pon?a pel?culas donde las princesas de Disney aparec?an desnudas y practicaban sexo, mientras él "sacaba la lengua y emit?a sonidos guturales y gemidos". También le hac?a ver v?deos violentos donde se ve?a c?mo pegaban a mujeres a las que hac?an sangrar hasta desmayarse.

La sentencia también hace referencia al llanto del acusado durante el turno de ?ltima palabra, que atribuye a "una pose ante el Tribunal, una manifestaci?n de puerilidad, y una anticipaci?n del declarante a las consecuencias legales graves previsibles de su conducta, una respuesta al haber sido descubierta su actividad depredadora, una expresi?n de vergüenza por haber sido desenmascarado ante terceros, o en el mejor de los casos, una revelaci?n de un ?pice de sentimiento de culpa por los graves da?os emocionales a su hija por su actividad ped?fila e incestuosa con la ni?a".



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