La historia, a veces, se repite. Hace ahora justo veinte a?os, en la primera temporada de la primera era de Joan Laporta en el Barça, el equipo de Frank Rijkaard empezaba a recuperarse de un pésimo inicio de temporada, en el que qued? claro que las piezas todav?a no encajaban y al entrenador le faltaba tiempo de maduraci?n. El Barça, que hab?a terminado la primera vuelta a 15 puntos del l?der, el Real Madrid, y era séptimo en La Liga, fich? a Edgar Davids en el mercado de invierno, Rijkaard retoc? el dibujo, y poco a poco empez? a encadenar buenos resultados: desde enero, sum? 18 partidos sin perder, de los cuales 14 victorias, incluido un espectacular 1-2 al Bernabéu con el famoso gol de Xavi a pase antol?gico de Ronaldinho.

Entremedio, el Barça caer?a ante el Celtic en octavos de la UEFA, dejando claro que el proyecto todav?a no estaba suficientemente rodado para ser competitivo en Europa, pero a pesar de todo la afici?n termin? el a?o esperanzada y con la sensaci?n de que el entrenador hab?a por fin dado con la tecla del juego. El resto de la historia ya es conocido: en la siguiente temporada el Barça ganar?a la Liga y la Champions. Veinte temporadas después, el equipo de Xavi, ahora en el banquillo y entonces en el campo, sale poco a poco de la crisis profunda en la que entr? tras la dolorosa derrota ante el Villarreal y la dimisi?n en diferido del entrenador.

Tras la victoria ante Las Palmas, el equipo encadena 11 partidos oficiales sin perder, ha consolidado su clasificaci?n directa para la Champions y sigue vivo en las dos principales competiciones. Pero lo m?s importante no tiene que ver con la estad?stica sino con el juego: Xavi ha apostado con valent?a por los j?venes, ha sabido cerrar la defensa y aquel equipo que estaba hundido es ahora fiable y resistente. Ser?a una imprudencia pensar que el equipo est? en condiciones de ganar esta temporada la Liga y la Champions, pero en cambio ha nacido una nueva ilusi?n, que tiene que ver con lo que la generaci?n de Lamine y Cubars? puedan lograr a medio plazo.

La situaci?n ha dado tal vuelco que si hoy se hiciera una encuesta sobre quien tiene que ser el entrenador de cara al pr?ximo curso, ganar?a la candidatura de Xavi con total probabilidad. Como justo ahora hace veinte a?os, el objetivo no es ganar ning?n t?tulo sino sentar las bases para ganarlos en los a?os siguientes. El presidente Laporta, que conoce esta historia mejor que nadie, har?a bien en no volver a caer en la tentaci?n de prometer t?tulos imposibles y de generar frustraciones innecesarias. Este a?o no hace falta ganar ni la Liga ni la Champions. Basta con que el equipo siga creciendo, y el 2024 se parezca cada vez m?s al 2004. As? estaremos m?s cerca de que el 2025 pueda ser como el 2005.



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