En muchos hogares de nuestro pa?s es habitual guardar el aceite utilizado en jarras graseras con filtro para un cocinado posterior. Sin embargo, podr?a ser un problema para nuestra salud. Es normal que con la inflaci?n del precio del aceite de oliva, cada vez m?s familias realicen esta pr?ctica, pero puede ser un riesgo de seguridad alimentaria.

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En estudios anteriores, se ha relacionado el consumo de alimentos fritos con enfermedades cardiacas, tipos de c?ncer e incluso salud mental. En la actualidad, la revista Journal of Biological Chemistry ha realizado nuevas investigaciones sobre los efectos para la salud del consumo de aceites de cocina recalentados, y como podr?an da?ar nuestro metabolismo.

La investigaci?n se ha llevado a cabo en animales, y ha alertado sobre el efecto que tiene el consumo a largo plazo de aceites recalentados y la posibilidad de provocar un da?o cerebral. De hecho, los cient?ficos advierten que consumir aceites fritos reusados puede incrementar la neurodegeneraci?n.

Seg?n los resultados, el aceite reutilizado est? relacionado con el estrés oxidativo y la inflamaci?n. Estos factores suponen un riesgo para las enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer.

Los cient?ficos afirman que durante su estudio, las ratas alimentadas con dietas de aceites recalentados presentaban niveles m?s altos de neurodegeneraci?n a las ratas que hab?an tenido una dieta est?ndar.



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