Cuando la cima de Pradell aparece sobre el horizonte de la Volta, en un s?bado de magia ciclista, no puede sino echarse de menos a los antiguos guerreros de segunda l?nea, los que siempre brillaban en el ciclismo espa?ol. Eran corredores que dif?cilmente ten?an como planteamiento ganar una carrera como la catalana, ni mucho menos aspirar al triunfo en el Tour, la Vuelta o el Giro, pero sus fugas, valientes, determinantes y que muchas veces llegaban a buen puerto, hasta los ubicaba entre los diez mejores en muchas carreras. Se escapaban, ganaban minutos y aparte de la recompensa del triunfo de etapa lograban una ascensi?n casi milagrosa en las mejores clasificaciones generales.

La edad retir? a ciclistas como Eduardo Chozas, Juli?n Gorospe y m?s recientemente a ?scar Pereiro, que obtuvo la mejor recompensa, un sue?o hecho realidad, la victoria en el Tour gracias a su hist?rica fuga camino de Montélimar, en la ronda francesa de 2006.

Desgraciadamente, esos ciclistas ya no existen en el seno del pelot?n espa?ol. Han desaparecido los gregarios de oro, los que tomaban las riendas de su equipo, los que se colocaban los galones de jefe y los que cuando se escapaban hac?an de sus fugas una auténtica gesta gan?ndose titulares, portadas de diarios, aperturas en los telediarios y en los informativos radiof?nicos. Ese prototipo ya no existe en un pelot?n espa?ol que, aun gozando de mejor salud que el italiano y hasta el francés, dista mucho, sobre todo entre la clase media, de parecerse al que se gan? los aplausos a finales del siglo pasado o inicios del actual.

Es verdad que se cuenta con j?venes valores como Juan Ayuso o Carlos Rodr?guez, que los veteranos como Mikel Landa todav?a no han dicho su ?ltima palabra y que, pese a episodios irregulares, Enric Mas contin?a siendo una realidad. Pero son corredores de primera fila, para ahora y para el futuro, pero no el gregario que un d?a se coloca en la espalda la mochila del equipo y que es capaz de llegar a Queralt, tras sobrepasar Pradell, y as? se convierte en el gran protagonista de la etapa reina de la Volta.

Si se busca y si se llena uno de valor aparece el nombre de Oier Lazkano, ausente, eso s?, de la Volta, quien va adquiriendo experiencia con la intenci?n de ser el mejor aspirante del pelot?n espa?ol, una realidad en las cl?sicas, las que conquistaron Alejandro Valverde y ?scar Freire, y por las que pele? Juan Antonio Flecha, otro capaz de dar el giro a una etapa para conseguir, por ejemplo, un triunfo en el Tour.

Luego llegan decepciones, ciclistas como Iv?n Garc?a Cortina que no consigue situarse donde le gustar?a estar por la raz?n que sea. Pero antiguamente siempre hab?a la confianza de que apareciese un Pepe Recio, por ejemplo, o un Pablo Lastras, m?s cerca del tiempo actual, que ganaban etapas y que siempre en d?as tranquilos eran capaces de apuntarse una etapa de la Volta. Desde 2011, cuando José Joaqu?n Rojas se impuso en la llegada a Mollet del Vallès, hoy segundo director del Movistar en la ronda catalana, ning?n gregario ha ganado una etapa de la Volta. Y ya ha llovido, aunque menos de lo esperado desgraciadamente.



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