Para medir el impacto de un joven de la Masia en el coraz?n del f?tbol espa?ol, no hay mayor term?metro que el recelo que suscita, en los mentideros de la llamada caverna medi?tica, su convocatoria en la selecci?n. El modus operandi es cansino: “con quién ha empatado éste... lleva dos ratos en primera... le quiero ver contra Mbappé... le traen porque es del Barça...” Y as? gira el circo. Pas? con Gavi y est? pasando con Pau Cubars?, un extraterrestre de 17 a?os y 57 d?as.
Media Espa?a vive ya so?ando con que Pau meta la pata, fallando uno de sus estratosféricos pases, pierda un bal?n f?cil o ceda un duelo. Se imponen, de entrada, dos respuesta sencillas a quienes siguen instalados en el sinsentido de seguir reclamando a Nacho y embadurnar todo lo que huela a azulgrana. Una, si van a “La Roja” es porque son muy buenos y el Barça los pone. Y dos, son titulares imberbes que tiran del carro de un club grandioso, no suplentes en sus equipos.
Cubars? es una aparici?n antol?gica, de un calado sin techo ahora mismo, cuya influencia en el equipo es absolutamente estructural, m?s all? de la admiraci?n individual que le profesamos por c?mo ejecuta sus acciones. En el nido de su carrera, domina todos los escenarios. Ha dimensionado la salida, con latigazos que ganan dos o tres l?neas, lee al rival para decidir, contemporiza en los duelos hasta aplicar el bistur?, cuida la posici?n en los achiques y tiene algo que, en un central, es como el gol. Lo tienes o no lo tienes: la jerarqu?a. Los veteranos le buscan, se la dan, la pisa y para el tiempo. Es alucinante. Lo ?ltimo es que Mbappé le va a retratar. Viendo lo que estamos viendo, ?alguien garantiza que la “Tortuga” salga indemne de Montjuic? Cuidadito.
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