El ambiente es de euforia. Los que manejan los n?meros de las encuestas internas en el PSC dan por hecho el triunfo el 12-M. Aunque los gatos viejos, los que acumulan a?os de gloria, pero también de escaldos, los que recuerdan que este Palau de Congressos fue la antesala de la presidencia de José Montilla en el c?nclave de 2008, pero también el escenario del descalabro que se escenific? con el traspaso de la batuta a Pere Navarro a finales de 2011, llaman a guardar un punto de prudencia, a no empacharse del entusiasmo que derrocha la militancia. De momento, se impone el j?bilo y el subid?n en un PSC que se rinde a los pies de Salvador Illa tras proclamarlo candidato y 'primer secretari' de una tacada.

Si la reedici?n del liderazgo al frente del partido ya estaba previsto -un proceso que fue coser y cantar para Illa porque ante la falta de rival no fueron necesarias primarias-, se ha aprovechado la celebraci?n del congreso para modificar el reglamento y nombrarlo ya candidato. Se ha hecho a mano alzada, por aclamaci?n, de los 1.300 delegados convocados al encuentro, la primera vez que el m?ximo ?rgano del partido elige con este formato al cabeza de lista. En la sala de m?quinas del partido consideran que eso la otorga una "mayor legitimidad", adem?s de servir para que los principales cuadros se arremanguen en la campa?a.

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Con los bloques rotos

"La cuesti?n es quién movilizar? m?s a los suyos", analiza un alto mando del PSC, que pese a no poner en duda las opciones de ganar, plantea si la aprobaci?n de la amnist?a tendr? o no repercusi?n en el margen de ventaja. "?Atraeremos todo el voto que nos arrebat? Ciudadanos?", deja caer. Aunque también est? por ver si la ruptura de bloques operar? o no después del 12-M. Pese a que Illa proclama que el proyecto de ERC y de Junts est? agotado, no pone vetos, a sabiendas de que ganar? la Generalitat quien logre pactar.

Sin embargo, hay quien teme que, mientras los socialistas proclaman el fin del procés, el hecho de que Carles Puigdemont sea candidato con la promesa de volver al fragor de la aprobaci?n de la amnist?a insufle ox?geno al independentismo. En la c?pula del partido tratan de darle la vuelta a esta incertidumbre y se hace la lectura de que, si el expresident se presenta, ser? un revulsivo para movilizar el voto "?til" de quien no quiere que vuelva a gobernar. Reducir la contienda a un cuerpo a cuerpo con Junts -como anta?o hac?an con CiU- les resulta ?til para intentar que ERC -a quien las encuestas sit?an en segunda posici?n- pierda foco.

Respecto al voto fronterizo con los Comuns, el an?lisis que hacen las filas socialistas es que no saldr?n indemnes de su 'no' a los presupuestos. "Nadie los entiende y Yolanda D?az no levanta cabeza", sostienen, a la vez que ironizan con que, si bien se se?ala al independentismo como principal factor de inestabilidad, por ahora las turbulencias m?s incontrolables han venido porque la l?der de Sumar "no controla" a los suyos.



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