Con el objetivo de protestar contra la futura ley de universidades (Losu), la Asociaci?n Estatal de Profesores Asociados de las Universidades P?blicas convoc?, el pasado 31 de enero, una huelga indefinida e intermitente durante tres d?as a la semana: martes, miércoles y jueves. Dos semanas después, el paro est? teniendo un seguimiento desigual y, de momento, es mucho mayor en comunidades como la valenciana (autonom?a que est? liderando la huelga), Granada, Murcia y Castell?n. Algunos docentes asociados de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) se acaban de sumar. En otras facultades se decidir? qué hacer en las asambleas programadas para el 21 de febrero. Entre otros objetivos, la ley org?nica del sistema universitario naci? con la clara premisa de combatir la precariedad laboral del profesorado. Entonces, ?por qué el texto no terminar de gustar a los asociados? Por cuatro motivos.

Falta de garant?as

El n?mero de asociados en toda Espa?a es elevado y puede llegar a los 30.000 (aproximadamente, el 40% del total). Se trata de profesionales con s?lida y relevante experiencia laboral en la asignatura que imparten (la mayor?a tiene otros trabajos fuera del campus) y sus contratos son renovados cada a?o. La futura Losu, que sigue en el Senado pendiente de su aprobaci?n definitiva, convertir? esos contratos en fijos. “El esp?ritu de la ley nos parece estupendo. En teor?a, todo es positivo para nosotros. Ahora bien, la norma no especifica los mecanismos y ah? radica el problema. Cada universidad es aut?noma y, por lo tanto, fijar? los criterios que considere oportunos para convertir nuestros contratos en fijos a través de un concurso de méritos. ?Qué garant?as tenemos? Ninguna. Nos preocupa mucho la falta de seguridad”, explica Enric Mir i Teixidor, arquitecto y profesor asociado en la UPC.

Cuando se convoc? la huelga, la presidenta de la Asociaci?n Estatal del Profesorado Asociado, Isabel de la Cruz, pronostic? que muchos ser?n despedidos a pesar de encadenar a?os y a?os de contratos.

Falta de tiempo

Una vez que reciba el visto bueno definitivo en el Parlamento, la Losu entrar? en vigor en el primer semestre de este a?o. Sin embargo, para todo lo que tiene que ver con el profesorado y su estabilidad laboral, la aplicaci?n de la norma se aplazar? hasta el curso 2025-26. Ser? entonces cuando la temporalidad quedar? reducida a un 8% (en lugar del 40% actual): docentes visitantes, distinguidos y sustitutos. Los asociados tendr?n contrato indefinido y bajar?n de 180 horas lectivas a 120. Mir i Teixidor critica que reducir de esa manera las clases implicar?, en muchos casos, que no dé tiempo a completar la asignatura.Quinquenios

Cuando la Losu sea una realidad, los asociados comenzar?n a tener unos derechos que no ten?an antes: paro, indemnizaci?n por despido y finiquito. Sin embargo, seguir?n sin cobrar quinquenios. Adem?s, los convocantes de la huelga reclaman el reconocimiento de las horas efectivas de trabajo, al especificar que a cada hora de clase le corresponden cuatro de preparaci?n.

Sin presupuesto concreto

El arquitecto y profesor asociado de la UPC asegura que uno de los grandes fallos de la Losu es no contar con una partida presupuestaria concreta. La ley nace con el compromiso de aumentar la financiaci?n de las universidades p?blicas, que pasar? a ser el 1% del PIB. El Estado se compromete a aumentar la financiaci?n mientras que las comunidades deber?n comprometer a destinar los fondos recibidos a la educaci?n superior y no a otra cosa. Habr? un calendario de adaptaci?n hasta 2030. Los profesores asociados, sin embargo, desconf?an de las buenas intenciones y se preguntan de d?nde saldr? la partida econ?mica para convertir en fijos sus contratos. Otra petici?n de los asociados es el pleno derecho a la labor de investigaci?n en las facultades, algo, insisten, no especificado en la norma.



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