El Mundial de F?rmula 1 m?s largo de la historia, con 24 carreras; el regreso de China al calendario y la voluntad de recuperar la cita de Imola suspendida el a?o pasado; con el l?o del “Horner-gate” de fondo en el equipo campe?n, que ha zanjado el tema desplegando sobre el esc?ndalo un manto de invisibilidad como el que utiliza Harry Potter para escamotear lo que no le interesa; con el interés de ver hasta d?nde llegar? la burla de Adrian Newey con un coche que pretende dejar en evidencia lo que no supo hacer Mercedes el a?o pasado; con el morbo de ver c?mo gestionar?n en la marca de la estrella el adi?s de Hamilton, y en Ferrari su desaire a Sainz; y, por supuesto, con la ilusi?n de ver si Alonso conseguir? “la 33” antes de tomar las de Villa-Brackley o las de Villa-Milton Keynes en 2025… o si seguir? pintado de verde en una nueva interpretaci?n de “El incre?ble Hulk” (pero sobre ruedas). Quién sabe.

Y, sin embargo, 95 d?as después de la ?ltima carrera de 2024, 19 de los 20 pilotos llegan a Sakhir sabiendo “que no pueden ser campeones del mundo este a?o”, como tras esta broma que fueron los (mini) test de pre-teporada apunt? sabiamente el jefe de la tribu, el cham?n de la parrilla, el m?s veterano y astuto de todo el paddock, el que sabe m?s por viejo (42 tacos de almanaque) que por diablo: Don Fernando Alonso D?az.

Si el a?o pasado Max Verstappen gan? el t?tulo con la gorra, conduciendo con el brazo izquierdo apoyado en el alfeizar de su cockpit, no me hagan decir lo que va a asomar este a?o por ah? antes, mucho antes de la antelaci?n con la que lo hizo en 2023.

La decisi?n del t?tulo es tan clara como proporcionalmente negro es el futuro del grabador de su nombre en la placa de campe?n.

El RB20 es un monoplaza tan perfecto que el artesano en cuesti?n ya ha dejado inscrito el nombre del absoluto dominador de 2024 en la peana de la copa antes de apuntarse a la cola del paro.

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Tan nuestro, tan SEAT. SEAT Ibiza
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Max Verstappen volver? a ganar. De forma apabullante. Pude que incluso a?n m?s que lo visto hasta ahora. Los brotes verdes que florecieron en las ramas m?s secas de los coches de la competencia fueron como un espejismo en el desierto. Si en alg?n momento los tiempos provocaron una hemorragia de ilusi?n en alguien… ?qué no nos embauquen!, que dir?a aquel. Se consiguieron con el neum?tico que no tocaba; el de asomar la cabeza como quien se pone corbata en una boda para aparentar que lleva traje todo el a?o.

Entonces… ?qué interés va a tener el mundial que empieza ahora? Mucho. ?O acaso les parece poco la lista de alicientes que les indicaba al principio? Porque esto de las carreras de los coches de colorines va mucho m?s all? de quien queda primero, por mal que se lo hayan contado o peor que lo vayan a seguir haciéndolo.



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