Irene Paredes, Jenni Hermoso y Alexia Putellas repitieron la ic?nica imagen del pasado Mundial. Las tres juntas, pu?o en alto, celebraron en La Cartuja la clasificaci?n para los Juegos Ol?mpicos de Par?s. “Pues otra primera vez”, escrib?a Alexia en su cuenta de Instagram. Y volvi? a vivirla junto a sus compa?eras y amigas, con las que ha compartido todo tipo de experiencias vistiendo la camiseta del Barça Femen? y la de la selecci?n. Los ?ltimos meses han sido para ellas un tsunami, una monta?a rusa de sentimientos y un combinado de alegr?as y tristezas que ni ellas ni nadie saben cuando va a terminar.

Hoy, por ejemplo, abrir?n un nuevo camino en la lucha por esa Nations League que volver? a colocarlas en lo m?s alto. Que es donde est?n, dicho sea de paso. Como la memoria del f?tbol es tan corta, ya han dejado atr?s el t?tulo mundial y guardado en la cartera el pasaporte a los Juegos. Esta tarde repiten reto y ojal? Putellas reescriba su “pues otra primera vez”.

Ellas tres son ‘las dinosaurias’. Las veteranas. Las capitanas. Las que después de aguantar carros y carretas y tragar sapos y culebras, son ya el referente tan necesario de toda una generaci?n. Ellas tres han vivido -y a?n viven, ?cu?nto queda por hacer!- en la prehistoria del deporte femenino y en una de las disciplinas m?s machistas. Ellas tres se agarraron a las faldas y a los pantalones de las compa?eras que se estrenaron en un Mundial, all? por 2015 en Canad?, y que entonces eran sus capitanas.

Hablo de las Vero Boquete o Ainhoa Tirapu, aquellas que dijeron “?basta!”, denunciaron vejaciones y pidieron un cambio nada m?s aterrizar en Espa?a. Ellas tres saben que a aquellas jugadoras la situaci?n les cost? la plaza en la selecci?n y el destierro. Ellas tres se reconocieron este verano en el pasado m?s inmediato, sumaron fuerzas y se unieron en el hastag #seacab?. Las dinosaurias, tan vividas y tan sabias, se convirtieron en la cara visible de un movimiento amparado por el éxito deportivo, algo que sus predecesoras no consiguieron. O no las dejaron conseguir.

La mejor jugadora del mundo, Aitana Bonmat?, nos situaba de nuevo en la realidad hace apenas unas horas. En L’Equipe no dejaba dudas: “Desafortunadamente no puedo decir que la situaci?n en el f?tbol femenino espa?ol haya cambiado mucho desde agosto”. Y comparaba lo que sucedi? cuando Inglaterra gan? la Eurocopa versus lo sucecido en Espa?a en el pasado m?s reciente. Hablamos de unas campeonas del mundo a las que han cambiado la sede pr?cticamente de un d?a para otro.

Si ésto sucede en versi?n masculina, no hay horas de televisi?n ni p?ginas en los peri?dicos para denunciarlo. Ellas suman pero ya no asumen. Desde la prehistoria, han hecho historia. Han cambiado mentalidades, han abierto camino, han callado bocas, han destrozado barreras a patadas y han logrado que esta generaci?n ?nica de futbolistas sean espejo, modelo y referente para muchas ni?as y adultas. Seguir?n peleando porque lo llevan en el ADN, porque son ambiciosas y porque son la esperanza de todas.



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