Hoy, m?s que nunca, el Barça se balancea en un columpio fr?gil, constante e implacable entre el pasado m?s reciente, el presente m?s cruel y el m?s relumbrante futuro.

Del pasado, todo se sabe: Una gesti?n nefasta, un legado envenenado y un resultado que hoy no est? instalado de forma perenne en los juzgados, solo por aquello de que, al presidente, eso de ver a su Club entre abogados y fiscales, intereses y vergüenzas, le produce una urticaria insoportable aun sabiendo que existen socios necesitados de penas, culpas y culpables.

El presente no resulta mucho m?s halagüe?o. Fruto de ese pasado, con recortes en todas las secciones, alg?n desequilibrio estructural importante y un primer equipo f?sicamente titubeante, a veces pusil?nime y en muchos casos novicio, con un entrenador que muy a nuestro pesar no ha sido capaz de encontrarle el tes?n, la productividad y la belleza encomendada, vamos dando bandazos a la espera de que llegue de una vez un futuro que, cada d?a veo m?s claro, es en realidad el gran objetivo del actual m?ximo mandatario.

Efectivamente, creo que Laporta se ha instalado en el futuro aun sacrificando parte del presente, y lo hace consciente de que solo la proyecci?n de ese porvenir puede enderezar en realidad nuestro d?a a d?a. Hoy el Barça es b?sicamente la incansable construcci?n de su perdurabilidad, la gesti?n de su horizonte y la gestaci?n de su ma?ana.

Con la renuncia de Xavi, se ha activado la b?squeda y captura de una pura sangre para el banquillo que haga olvidar los errores del pasado, sacuda la dejadez y apat?a que desprenden algunos jugadores y haga temblar a los rivales que en otros tiempos no solo nos respetaban, sino que nos tem?an, con un nuevo modelo de experiencia y excelencia.

El futuro también nos regalar? madurez, no para la entidad que va sobrada, sino para una generaci?n de futbolistas del todo deslumbrante que se mueve hoy sobre el césped entre los 16 y los 20 a?os y que, cuando la mayor obra de la historia del Futbol Club Barcelona esté acabada, entrar?n en ella como auténticos ant?lopes en los a?os m?s brillantes de sus carreras. Y finalmente la gran catedral del futuro: El monumental Spotify Camp Nou y toda la reordenaci?n de un “Espai Barça” llamado a ser no solo uno de los pilares de actividad comercial, ocio y negocio de la ciudad, sino todo un s?mbolo de nuestra cultura y nuestro pa?s

Ahora, mientras el reloj sigue su marcha implacable, Laporta es el viajero del tiempo tejiendo proyecci?n a cada instante de sus eternas jornadas laborales. En realidad, ?Qué es el tiempo para alguien que est? construyendo legado? ?Solo otro desaf?o esperando ser conquistado!

Y mientras, como un sacrificio, el presente desnuda nuestras miserias mientras conquistamos cada nuevo minuto como una victoria con un solo objetivo: Vencer al tiempo.



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