Vaya perra que tiene el f?tbol con echar a Jose Mourinho. Con su despido en Roma ya encadena cinco consecutivos (Real Madrid, Chelsea, United y Tottenham, previamente), por mucho que a veces se blanqueara el cese fulminante con el eufem?stico "de mutuo acuerdo". Le ocurri? en Chamart?n, aunque con el tiempo unas grabaciones revelaron que Florentino Pérez le ten?a por un "anormal" que "cae mal a todo el mundo".

La carrera del técnico portugués (61 a?os el d?a 26) parece seguir una regresi?n imparable. Ha dejado de ser "especial". Salvo que el poderoso agente Jorge Mendes agite la chistera en la gran pasarela, solo cabe vislumbrarle en Arabia. Aunque por all? quiz? no cuele su abrasiva coreograf?a. Porque no hay charco que no chapotee el luso, y por ese f?tbol desértico no hay tantos. Elocuente: en dos cursos y medio en Roma fue expulsado siete veces. Su erosionante gui?ol tiene tal eco que en ese mismo periodo los piquetes de su banquillo recibieron hasta 29 rojas.

Entrenador con una notable mochila de t?tulos, lo que le inflama el ombligo ante los simples contadores de resultados, Mourinho termina por hacerse bola. Con las aficiones suele manejar como nadie el ropaje ambiental, con el victimismo por bandera. Nunca pierde, porque una confabulaci?n maléfica planetaria se le interpone. El mal ajeno solapa la virtud propia.

Un estilo agotado y agotador

Mourinho, tan cesarista, arrastra su f?tbol por los bajos fondos. No le importa la crispaci?n que genere con sus desplantes a ?rbitros, colegas, jugadores o plumillas. Ocurre que acaba por enfangar a la instituci?n de tal modo que ni los resultados ni el amparo popular le sostienen. Da lo mismo el club. Apenas le aguantan tres temporadas como mucho. A la Roma la devolvi? a una final europea tras 31 a?os. En 2022 gan? la Conference League y un a?o después cay? con el Sevilla en la final de la Europa League. Con todo, en la nomenclatura del club romano el ruido era insoportable. Su figura siempre ha resultado divisoria. Por m?s que venda pragmatismo y éxitos aun cuando algunos de sus equipos de boinas verdes tratan a patadas a la pelota, su papel de cicuta acaba por prevalecer. El estilo Mourinho parece tan agotado como agotador ha sido para tantos y tantos.



Horas antes del ?ltimo divorcio futbol?stico de Mourinho, Florentino Pérez ensalz? la figura de Carlo Ancelotti tras levantar en Riad una fabulosa Supercopa. Representa los valores del Madrid, vino a decir el dirigente sobre un técnico "que va muy bien al estilo del club por su manera de entender el f?tbol y su comportamiento". Bien dicho. Por suerte, los tiempos cambian. Asamblea madridista de septiembre de 2012: "Mourinho se identifica con el esp?ritu del Real Madrid". Palabra de Florentino. De los principios del airado 'Mou' a los del caballeroso Ancelotti. 'Grouchiano'.



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