A diferencia de otros clubes, el Barça tiene una gran suerte. Su fuerza magnética es tan potente que atrae a los mejores jugadores independientemente de cu?l sea el momento de la entidad. Por su historia, porque en Barcelona jugaron infinidad de leyendas, por la ciudad, por el clima y, claro, también por su capacidad econ?mica. Solo as? se explica c?mo jugadores instalados en din?micas ganadoras como Lewandowski o Gündogan decidieron dejar sus respectivos equipos para vestir de azulgrana.

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La seducci?n del Barça también aplica con jugadores j?venes con hambre para comerse el mundo y, sobre todo, coleccionar t?tulos. Los Ter Stegen, Frenkie de Jong, Araujo, Pedri y compa??a eligieron el club catal?n porque ve?an en él el trampol?n id?neo para alcanzar la cima futbol?stica. Hasta la fecha, solo el teut?n lo ha conseguido. Lo hizo a los 23 a?os, cuando conquist? la Liga de Campeones de 2015. Y desde eso, la verdad, ha llovido mucho.

Una cosa es ser culé de nacimiento y otra, hacerse del Barça porque de ni?o lo has visto ganar en la televisi?n. La fidelidad de aquellos que han mamado el azulgrana desde la cuna siempre es mayor. Har?a bien el club en tenerlo presente. Atr?s quedan los tiempos en los que V?ctor Valdés, Puyol, Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta y compa??a te??an de puro sentimiento el vestuario. Del te?rico once de gala de hoy, solo Balde jugaba en el Barça antes de cumplir 10 a?os.

Perder quema y m?s en este transatl?ntico. Recapitulemos: ?cu?ntas alegr?as ha vivido Araujo desde que est? en el primer equipo del Barça? ?Y Frenkie de Jong? ?Y Pedri? El listado de decepciones y noches amargas es, sin duda, bastante m?s largo. Es ah? donde reside el gran peligro. Si los problemas deportivos se cronifican, el club corre el riesgo de que algunas de sus piezas estructurales se desenamoren y opten por un nuevo desaf?o. Ni la fe ni el tiempo son infinitos y de la ?ltima semifinal de Champions han transcurrido ya casi cinco a?os.

Los generosos -y desorbitados- salarios que se han pagado en Can Barça durante mucho tiempo ejerc?an como atenuantes. Perder duele pero duele menos si el aspecto econ?mico compensa parte de las frustraciones vividas en el campo. Sin embargo, el delicado momento que viven las arcas del club elimina dicho factor. Hoy por hoy, ni excelencia deportiva ni econ?mica.

Ahora es el Bayern el que viene a por Ronald Araujo, pero ma?ana puede ser el Liverpool el que tiente a Pedri o Gavi. O el Manchester City a Frenkie de Jong. El t?pico "nadie se quiere ir del Barça" sigue vigente, pero ojo con relajarse m?s de la cuenta. La carrera de los jugadores es corta y el f?tbol ni empieza ni acaba en Barcelona. Como en cualquier relaci?n sentimental, es importante ver un retorno. Y en los tiempos que corren, solo un argumento se mantiene de pie: el amor a los colores. ?Hast? qué punto es incondicional el amor en el mundo profesional?



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