El periodista Manuel Campo Vidal (Camporrells-Huesca, 1951) publica "Las claves de la informaci?n en el atentado del Presidente Carrero Blanco", que es una reedici?n actualizada del volumen que escribi? con motivo del décimo aniversario de aquel magnicidio del que se cumple medio siglo este miércoles. Campo Vidal incluye datos nuevos, como la conmoci?n del secretario de Estado de EE UU Henry Kissinger al conocer el atentado, "lo que excluye cualquier intervenci?n de los Estado Unidos". Campo se muestra muy cr?tico con las teor?as conspiranoicas: "A Carrero lo mat? ETA sin ayuda de la CIA u otros servicios extranjeros".

–Medio siglo ya.

–En lo esencial, desde entonces no se ha descubierto casi nada. He incluido unas p?ginas de actualizaci?n en las que digo, primero, que aquel d?a hubo un atentado en el que murieron tres personas, el presidente, su conductor y el escolta. Y después, que pudo haber una masacre en Espa?a porque todo estaba preparado para que la represi?n del régimen, sobre todo la descontrolada por grupos ultraderechistas, cayese sobre la oposici?n democr?tica del Partido Comunista. El 20 de diciembre de 1973 era el d?a en el que se iniciaba el juicio contra los dirigentes de Comisiones Obreras (Proceso 1001), como Marcelino Camacho, el asturiano Juan Mu?iz Zapico ("Juan?n"), Nicol?s Sartorius...

–?ETA quer?a esa masacre?

–Inicialmente quer?a secuestrar a Carrero. Lo ten?an todo preparado. Apenas ten?a escolta. Pero lo nombran presidente el 9 de junio de ese a?o y eso hac?a mucho m?s dif?cil secuestrarlo, por lo que optan por el atentado. Ya lo hac?a en el libro de 1983, pero ahora lo subrayo m?s: Genoveva Forest y el dramaturgo Alfonso Sastre, una pareja de colaboradores de ETA, exmilitantes del PCE muy ofendidos por su expulsi?n del partido, intentan programar el atentado para el mismo d?a del inicio del juicio. He encontrado un testimonio nuevo, el de Eduardo S?nchez Gatell, un joven de 17 a?os que casi viv?a en casa de Forest y Sastre, y all? se encontraban con Argala, el jefe del comando. All? se discuti? qué d?a hacerlo. Fue ETA sin ayuda de la CIA u otros servicios extranjeros.

Los asturianos D?ez-Alegr?a y Fern?ndez-Miranda frenaron el golpe del general Iniesta Cano y la noche de los cuchillos largos que quer?an los grupos de extrema derecha







–Se hall? un teléfono en el bajo donde se excav? el t?nel para poner los explosivos.

–Es que es muy sospechoso. Se encontr? un medicamento con un n?mero de teléfono apuntado que condujo a un piso franco del PCE que no conoc?a casi nadie. Cuando la Polic?a va hasta all? se encuentran al m?ximo dirigente del PCE del interior, Sim?n S?nchez Montero. Lo detienen y lo interrogan, pero para entonces las autoridades ya hab?an contactado a Carrillo, exiliado en Par?s, y les hab?a dicho que el PCE estaba en contra del régimen, pero no de forma violenta.

–Lidia Falc?n dice que "la sombra", ese personaje que dicen que dio a Wilson o Argala la informaci?n del atentado, era en realidad Genoveva Forest.

–Sin duda alguna. Como no se produce ese enfurecimiento del régimen, el golpe del director de la*Guardia Civil, el teniente general Iniesta Cano, o una noche de los cuchillos largos de los grupos ultraderechistas –porque los frenan el jefe del Alto Estado Mayor, el general asturiano Manuel D?ez-Alegr?a, y su colaborador Gutiérrez Mellado, y también otro asturiano, Fern?ndez-Miranda, que pasa a ser presidente cuando muere Carrero–, meses después se prepara un atentado brutal, el de la cafeter?a Rolando, en la calle Correo, junto Direcci?n General de Seguridad. Mueren trece personas, incluidos un camarero asturiano, una pareja que iba a comer un bocadillo..., y un polic?a. Lidia Falc?n, en su libro "Viernes y trece en la calle del Correo", denuncia la posici?n de Forest, que quer?a una masacre de polic?as.

–Luego, no fue la CIA.

–En el libro hay un dato nuevo e interesante, del archivo de la Fundaci?n Henry Kissinger. En esas p?ginas aparece un periodista que iba con el Secretario de Estado de EE UU en la gira que estaba haciendo en ese momento. Vienen de Israel, llegan a Espa?a y se van luego a Par?s, donde les sorprende el atentado. Quedan estremecidos, porque Kissinger hab?a visto Carrero el d?a antes y hab?a pasado por aquellas calles, probablemente por encima de la bomba. Eso prueba que los americanos no estaban en esa jugada, como han tratado de decir algunas fuentes, primero en la prensa m?s afecta a Franco, que quer?a excusar el gran fracaso de que le matasen al n?mero dos del régimen en pleno centro de Madrid, teniendo once servicios de informaci?n, que en realidad solo se dedicaban a perseguir a estudiantes, obreros, intelectuales y curas progresistas. Los americanos no ten?an ning?n interés en desestabilizar a Espa?a, porque era su principal aliado en la zona.

–Es una de las teor?as que aparece en un reciente documental.

–Tiene una informaci?n t?xica, muy volcada en esas teor?as conspiracionistas. Yo me f?o m?s de historiadores como el vasco Antonio Rivera, o José Antonio Castellanos, de la Universidad de Castilla-La Mancha, y otros. Todo eso est? suficientemente claro y a m? me produce tristeza ver en ese documental a algunos periodistas de mucho renombre decir cosas que no tienen ninguna sustancia, ni rigor, porque son m?s cinematogr?ficas.

–El régimen control? la informaci?n, pero ?c?mo reaccion? el pueblo espa?ol?

–El impacto fue estremecedor. La gente fue a los colegios a buscar a los ni?os, hubo gente se escap? del pa?s, otros se escondieron... Ese d?a hab?a preparadas cien manifestaciones en solidaridad con los sindicalistas. Al final solo hubo tres.

–?Es el atentado de Carrero nuestro "caso JFK"?

–Los dos son magnicidios inesperados. Pero el de Carrero est? m?s explicado que el de Kennedy, que todav?a no se sabe a quién respond?a el ejecutor.

–?Qué lecci?n podemos sacar?

–Ah? termin? un periodo violento con violencia. Durante 103 a?os se asesin? a cinco presidentes: Prim, C?novas, Canalejas, Dato y Carrero. Espa?a ha conseguido abrir medio siglo de paz y prosperidad, superando ese siglo anterior de turbulencia*pol?tica*constante.



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