Se est?n poniendo de moda las pel?culas de ciencia-ficci?n alrededor de la compra-venta de tiempo como valor precioso y escaso: ‘Paradise’ o la estelar ‘El precio del ma?ana’, protagonizada por Justin Timberlake, Amanda Seyfried y Cillian Murphy, que lo petan en Netflix, son dos buenos ejemplos de ello.

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El f?tbol en general y nuestro Barça en particular no escapan a vivir subyugados por el factor tiempo, y esa angustia se dispara con el paso de los d?as y enciende sus alarmas cuando va asociada a un juego anodino o un devenir de dudosa proyecci?n.

Pero no. Nosotros no podemos comprar tiempo como en el cine, no estamos en un guion donde infectos millonarios, perturbados y detestables, compran meses o a?os de vida a desgraciados que venden sus d?as para seguir malviviendo lo que les quede. El Barça vive en el mundo de la realidad, en el hoy, en una actualidad también econ?micamente carente, pero siendo inmensamente rico en historia, en valores y en futuro.

Y hablando de futuro y también en clave cinematogr?fica, ni Xavi Hern?ndez es Marty McFly, ni Laporta es Doc, el esperpéntico profesor que gustaba de moverse alegremente entre pasado y futuro como quien cruza la Diagonal. No, ellos no pueden volver atr?s a deshacer operaciones millonarias por jugadores que no han rendido ni viajar adelante para saber quién estar? a la altura de las expectativas…

Y en este panorama del imperativo presente, Xavi sin saber muy bien c?mo, sin inyecciones ni transfusiones futuristas y sin m?quinas teletransportadoras, con la victoria del martes adem?s de tres puntos que lo clasifican definitivamente en Champions, consigui?, ya ven ustedes… ?Comprar tiempo!, y no un tiempo anodino e inerte sino unos valiosos d?as asociados a tranquilidad, a sosiego y a serenidad.

Pero el tiempo, cabr?n él, vuela como la ‘Estrella de la muerte’, y hoy ya es viernes y el foco de la presi?n, del an?lisis, de la exigencia y del crédito vuelve a centrarse sobre el equipo y su propuesta deportiva. Y es que el Barça vive inmerso en varias pel?culas a la vez, también en ‘La Historia interminable’, en tantas, que ni los insignes Ridley Scott o Luc Besson ser?an capaces de dirigir esta aventura sin perder el hilo argumental para llegar a un final feliz.

Seamos pues comprensivos. Ni Laporta tiene un DeLorean, ni Xavi Hern?ndez es un eterno Indiana Jones que siempre gana a los malos… Y es que la final, si no dejamos de ver fantasmas en simples fotos de vestuario o conspiraciones inexistentes en los despachos, no tendremos ni ‘Nueve semanas y media’ de tranquilidad para reaccionar, y nuestro tiempo para crecer ser? mucho m?s corto que los orgasmos que nos regalaron en la pel?cula Kim Basinger y Mickey Rourke que, como la imparcialidad arbitral… ya saben que son mentira.



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