Mar?a Tena llega con su muleta a la presentaci?n de su sexta novela, ‘La vida al borde’ (Alba), pero para ella no es un instrumento para sostenerse sino para impulsarse. Lo hace en la librer?a +Bernat de Barcelona con humor y dinamismo. Como el que hace gala en su libro que hunde el escalpelo en el d?a a d?a de un hospital desde el punto de vista de una paciente, enferma de c?ncer, esposa desilusionada y madre, para llegar a la conclusi?n de que la vida es un esplendor fugaz, que no hay m?s que esto y hay que disfrutarlo a fondo, porque aqu? estamos. Lo sabe bien Tena. Con 25 a?os le diagnosticaron un c?ncer al parecer incurable y aqu? est? ella con 70, recién jubilada como directora de la colecci?n Contempor?nea de Alba, donde ha ensartado un rosario de joyas firmadas por Joyce Carol Oates, John Updike, Sebastian Barry o Hannah Kent. Pero ah? no se detiene su curr?culo. Ha ocupado cargos en la administraci?n, entre otros, la direcci?n de los centros del Libro y la Lectura y de las Letras espa?olas y fue comisaria en Expo de Shangh?i. No contenta con eso, a los 50 a?os, separada de su tercera pareja, se lanz? a la literatura.

Oficia el acto, ante las risas de los asistentes contagiados por la vitalidad de la autora, ?lex Sàlmon, asombrado por frases de Tena como: “as? es la vida, te dicen que te vas a morir y a la vez sientes que eres muy feliz”. Esa plenitud a contracorriente la resume bien la cita de apertura Roberto Bola?o: “Follar es lo ?nico que desean los enfermos, los heridos graves, los suicidas… el deseo de leer y de follar es infinito, sobrepasa nuestra propia muerte, nuestros miedos”. Tena, divertida no da detalles, pero s? explica que en uno de sus internamientos juveniles se enamor? de un médico, “pero la cosa no progres?, era un l?o muy grande y él se march?”.

La fortuna, o no, de saber

Tiene m?s ejemplos. Como cuando se traslad? a Estados Unidos para consultar a un médico. Le dijo que le quedaba una semana de vida y que era muy afortunada por saber eso. Lo cuenta en medio de risas, con una pasmosa intrascendencia. Por suerte, otro especialista la redirigi? al Hospital Gregorio Mara??n con otro pron?stico, este s?, feliz, pero de verdad.

No es 'La vida al borde una novela estrictamente autobiogr?fica, aunque haya vertido en ella mucho de s? misma, la pierna perdida de Tom?s, otro personaje importante, por ejemplo. También est? la sensaci?n que podr?amos llamar estilo ‘Monta?a m?gica’, pero algo m?s ligero: entrar en una instituci?n, establecer v?nculos y no querer marcharte de ese microcosmos. “Las personas con las que convivimos son las que construyen nuestra casa”, escribe Teresa, la protagonista.

Los recuerdos de la autora se van a uno de sus m?s grandes dolores, la muerte de Francisco Tom?s y Valiente, que fue su jefe. “Estaba muy ilusionado porque por primera vez en la vida ten?a coche propio y no uno oficial y me hizo acompa?arle hasta el p?rquing para ense??rmelo. Al d?a siguiente lo mataron”. En estas Sàlmon, imbuido del esp?ritu positivo de la autora, record? c?mo aquella muerte marc? un punto de inflexi?n en la sociedad espa?ola con respecto a ETA: “De algo muy negativo surgi? algo positivo”. Puro estilo Tena.



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