El rendimiento de Joao Félix en el Barça est? dejando sensaciones encontradas. No es nada nuevo, desde que fich? por el Atlético transmite lo mismo: es un futbolista con un envoltorio excitante, pero hay una brecha entre lo que sugiere su f?tbol y su trascendencia en el campo. Ocurre a menudo con el talento joven: las expectativas son tramposas. El jugador que nos imaginamos es solo un molde idealizado de lo que vemos en el campo. Joao Félix tiene algo evanescente: entra por los ojos y tiene un impacto inmediato, pero se diluye a menudo.

Hasta ahora no ha demostrado ser un futbolista para liderar un equipo top, pero su talento sigue invitando a pensar que puede serlo si exprime todo su potencial.

En el Barça ha repetido un patr?n parecido al del Chelsea: un arranque fulgurante y un baj?n después. Lo m?s preocupante es que se repita la misma din?mica en escenarios tan distintos. En el Barça recibe muchas veces el bal?n en zonas donde puede marcar diferencias. El contexto le juega a favor, pero las jugadas empiezan mejor de lo que terminan. Algo se tuerce por el camino, como si no tuviera la determinaci?n de los delanteros definitivos.

Las buenas noticias

Pero no todo son malas noticias. Se est? viendo la versi?n m?s implicada de Joao Félix. En defensa sorprende la continuidad de sus acciones y en ataque siempre quiere el bal?n. Adem?s, en sus d?as m?s inspirados, ha demostrado ser una pieza clave para potenciar el cuadrado de Xavi. Pocos jugadores en la plantilla ofrecen tantas posibilidades en espacios reducidos.

Félix es un jugador sofisticado: un especialista en eso por las ventajas que consigue a base de giros, ca?os y controles orientados. Hasta ahora el diagn?stico con Joao Félix es que es un futbolista muy interesante para este Barça, pero que a?n est? lejos de ser el crack que proyectaba el Atlético cuando pag? m?s de 100 millones.

Si el Barça quiere a Joao Félix en junio no puede pagar el precio por el jugador que se imagin? el Atlético hace cuatro a?os. La cantidad debe ajustarse a una realidad que est? lejos de los 80 millones.



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