El debate est? en la calle: ?Es conveniente rotar jugadores que han demostrado m?xima excelencia en el partido anterior por el mero hecho de entrar en una rueda de descanso y alivio f?sico?

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La respuesta inmediata ser?a: Depende, ?Y de qué depende, como dec?a nuestro a?orado Pau Donés? Pues en este caso y a diferencia de la canci?n, no depende del “seg?n como se mire” sino del desgaste acumulado por cada jugador, su intensidad en el verde, el papel particular que realiza, la trascendencia de su juego, la ambici?n coral del equipo, los objetivos marcados y el an?lisis del entorno, tanto a nivel del siguiente partido en el calendario como del momento que atraviesan los rivales directos en la competici?n…

Ll?menme incauto, imprudente o insaciable, pero para un servidor y en el marco del primer mes de competici?n, hay rotaciones que ni entiendo ni comparto si queremos atemorizar y amedrentar a nuestro m?ximo rival que aguanta a base de favores arbitrales, rebotes que hasta ahora acaban en Bellingham o la rendici?n prematura de alg?n rival que aun oliendo a sangre y viéndolo moribundo, no acaban de salir de su madriguera a hincar el diente por miedo al tama?o de la presa blanca.

Se?ores, el futbol ha cambiado, no existe a?n agotamiento alguno en la 7? jornada, los jugadores por praxis, por dieta, por h?bitos y por preparaci?n f?sica son auténticos atletas, y un deporte que permit?a no hace tanto dos cambios, pas? a permitir tres, y con la pandemia ha acabado tolerando… ???Cinco!!!

Cinco cambios por partido, significa cambiar a tu antojo cada jornada la mitad exacta de los jugadores de campo en tiempo y forma que te convenga, y administrar, con esta proteccionista normativa, la salud, el reposo y la gesti?n de unos preparad?simos jugadores. Estamos aun en el mes de septiembre, hagamos las rotaciones en el campo no en un once titular que ha pasado de encandilar a inquietar, de golear a sufrir…

No. No me he vuelto loco.

Habr? partidos m?s c?modos, en casa, donde te convenga un retoque u otro, partidos en que el resultado ya en la primera parte te permita jugar con el banquillo, pero si hemos dado con la clave no la pongamos de salida en riesgo por rotaciones abruptas y no imprescindibles en un once titular que acababa de sorprender al mundo entero y mostraba una fiabilidad que hac?a a?os que no encontr?bamos.

M?ster, el éxito es suyo: Ha levantado todo un templo con ladrillos que otros han tirado, pero manténgalo erguido, tiempo habr? para reformas.



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