La ciudad de Pau, preciosa por otra parte, hace a?os era un enclave maldito, descansaba el Tour, siempre ocurr?a algo y nunca era bueno. Era la época negra, la de las dudas, donde todos los éxitos parec?an estar condicionados a la medicina. Hasta un ciclista, que iba vestido de amarillo, lleg? a huir por la puerta de la cocina de un hotel a fin de no ser detenido por la gendarmer?a.

?Ah! que diferente es ahora Pau; la ?nica ciudad del mundo mundial que este a?o acoger? en su seno a ciclistas de dos sexos y de tres carreras.

Porque en Pau durmi? el Tour todav?a no hace un mes, porque este s?bado pernoctan all? las corredoras de la carrera femenina de la ronda francesa tras ascender el Tourmalet y porque en septiembre acoger? también a los equipos de la Vuelta que regresan a la monta?a, casi para convertirla en el Everest del ciclismo, no tanto por la altura sino por la cantidad de ciclistas profesionales de ambos sexos que en este 2023 escalar?n por su carretera.

Ambiente ciclista

Llegas a Pau y ya respiras ambiente ciclista, porque el Tour se ha apresurado a colocar todos los letreros que indican a los equipos femeninos por d?nde moverse y ad?nde ir. Y nadie los arranca, ni se los lleva de recuerdo, ni siquiera los sabotea. Ser?a un sacrilegio, porque el Tour es una bendici?n y porque los franceses ya han comprendido que gracias a las mujeres hay una semana extra de competici?n y una subida al Tourmalet, este s?bado, destinada a inscribirse en la leyenda de la monta?a.

Est?n las corredoras felices, preocupadas, pero entusiasmadas con subir a la gran monta?a de los Pirineos. Una de ellas es Sheyla Gutiérrez, tan gregaria y fiel a Annemiek van Vleuten, la l?der del Movistar, que hasta comparte habitaci?n con ella. Y es que el jefe de filas, o la jefa de filas, da igual, debe tener una compa??a en la habitaci?n que le sirva de apoyo, relajaci?n y optimismo, que no la atormente, ni la maree, ni la vuelva loca y que, como ayudante, tiene que esconder sus problemas, que seguro los tiene, para no llenarla de preocupaci?n.

Es la misi?n de este tipo de corredores. Los hombres hacen igual. Es la doctrina de este deporte, unas ganan y otras se sacrifican, unas pasan a la historia y otras explican que gracias a ellas las jefas se convirtieron en figuras. Y unas y otras se dan las buenas noches porque hay que descansar, aunque se salga a las 4 de la tarde, porque luego habr? que apretar los dientes para subir el Tourmalet.



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