Varias influencers est?n dejando constancia en Instagram de lo mucho que les ha mejorado la densidad del cabello con un complemento nutricional bebible. Mencionan el nombre del producto, ofrecen un c?digo de descuento para que hagas el primer pedido pero, en ning?n momento, te indican que se trate publicidad.
En esa misma red social, puedes encontrarte que en la misma semana tienes varias recomendaciones de creadores de contenido a las que les encanta el mismo hotel o restaurante, y conoces el minuto a minuto de la subida de fiebre de su hija de un a?o o quién se porta peor de los tres reto?os que tiene otra.
En una clase de un mismo instituto suele haber varios grupos de personas diversas pero que, por edad y por su condici?n de estudiantes, terminan por mantener pr?cticas bastantes similares entre s?. Pues el mundo influencer pasa algo parecido: por muy distintos que sean los perfiles, tienen en com?n esa necesidad de crear una marca personal que logre seguidores para conseguir transacciones publicitarias. La forma de vendernos esa marca y esa publicidad, a tenor de la gente que analiza sus cuentas de Instagram, es sospechosamente similiar y no necesariamente ética. Los seguidores han sido testigos de pr?cticas bastante cuestionales, como la promoci?n de leggins adelgazantes sin evidencia cient?fica alguna, o de gominolas para el cabello que prometen convertirte en Rapunzel sin pasar antes por un dermat?logo.
Una estrategia
"Hay casos en los que el propio influencer dice 'no es publicidad, pero tengo un c?digo de descuento que os dejo aqu?'. Quiz? es cierto que no ha habido retribuci?n econ?mica, pero s? que hay un pago en especie y por supuesto, una conversaci?n con la marca en la que se ha fijado cu?l era el mensaje a comunicar o c?mo hab?a de presentarse el producto. Luego hay otros casos en los que, casualmente, cinco perfiles recomiendan el mismo producto el mismo d?a y en todos los casos se hace pasar por recomendaciones espont?neas", explica la publicista que est? detr?s de la cuenta Hazme una foto as?, desde donde analiza, con humor, la mala praxis de muchas de estos creadores de contenido.
El motivo por el que hacen todas estas piruetas, en su opini?n, es una mezcla de varios factores. Por un lado, est? la penalizaci?n que hace Instagram a los contenidos comerciales, que les resta visibilidad. "Hay marcas que abiertamente piden que no lo incluyas o que lo ocultes para que quede lo m?s org?nico posible", afirma. Por otro, ocurre que "muchos de ellos son conscientes de que el volumen de inserciones publicitarias en sus perfiles es demasiado elevado y buscan 'compensar' simulando que de cada cinco anuncios, un par se trata de recomendaciones desinteresadas". Todo sea por su imagen.
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De esta forma, comprobaron que hasta cuatro de cada cinco (80,5%) de las publicaciones en las que aparec?an marcas comerciales no se relacionaban de manera inequ?voca con un intercambio comercial remunerado, a pesar de que "la Ley General de Publicidad en vigor en Espa?a establece que el contenido editorial y el contenido pagado deben diferenciarse claramente". Y eso que las marcas aparec?an en dos de cada tres publicaciones analizadas.
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Francia es el ?nico pa?s que se ha salido un poco de ese camino y ya ha aprobado su propia Ley de Influencers. "Va mucho m?s all? de lo que nosotros hemos recogido en el art?culo 94 [de la Ley General de Comunicaci?n Audiovisual]", afirma Morales. Con ella en vigor, los creadores de contenido franceses no pueden promocionar productos que puedan ser consumidos o contener, aunque sea parcialmente, nicotina. Tampoco tienen derecho de emitir prescripciones terapéuticas, ni pueden promocionar consejos sobre medicina estética. De llevar a cabo pr?cticas comerciales enga?osas la multa puede ascender hasta los 300.000 euros.
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Sobre la sobreexposici?n de menores en redes:Hoy por hoy, la Ley Org?nica de Protecci?n Jur?dica del Menor recoge en su art?culo 14 que “se considera una intromisi?n ileg?tima el derecho al honor a la intimidad personal y familiar a la propia imagen del menor, cualquier utilizaci?n de su imagen o su nombre en los medios de comunicaci?n que pueda implicar un menoscabo de su honra o reputaci?n, o que sea contraria a sus intereses incluso si consta el consentimiento del menor o de sus representantes legales”. En manos del peque?o est?, en un futuro, pedir que se borren unos datos que ya llevar?an a?os en circulaci?n y vistos por miles y miles de seguidores.
El problema no es subir una foto en la que se le vea la cara a tu hijo.
? El problema es subir momentos de su vida ?ntima, como el momento del ba?o, cuando tiene una rabieta o cuando est? frustrado.
— Isabel D?az ?? ? (@Isabeldiazc92) August 7, 2022
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