Agredi? sexualmente, de forma continuada, a su hija menor en Galicia. Lo hizo casi a diario. La Audiencia Provincial de Ourense impone al violador 10 a?os y medio de prisi?n, lo priva de la patria potestad, fija 15.000 euros de indemnizaci?n, m?s una pensi?n de 120 euros al mes y acuerda la inclusi?n de su ADN en las bases de datos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

La sentencia, que no es firme y admite recurso de apelaci?n al Tribunal Superior de Junta de Galicia, también impone diez a?os de alejamiento, el mismo tiempo de libertad vigilada y 20 a?os de inhabilitaci?n para cualquier profesi?n, oficio o actividades –sean o no retribuidos– que conlleve contacto regular y directo con personas menores de edad. Estas tres penas adicionales empezar?n a descontarse después de que se haya cumplido el periodo de prisi?n.

Los magistrados ven probado que el hombre, de 46 a?os en la actualidad, cometi? los hechos desde “dos o tres a?os antes de diciembre de 2019, casi a diario, en el ba?o o en la cama que compart?an” en la vivienda en la que resid?a el procesado con la menor y su hermano. Ten?a siete a?os cuando empezaron las agresiones. El violador dec?a a su hija que “ten?a que aprender” para cuando fuera mayor, seg?n relat? la menor a las psic?logas forenses. En el juicio, a puerta cerrada, el encausado defendi? su inocencia.

“No quer?a volver a su casa”

Los jueces indican que, cuando el acusado beb?a alcohol, su hija “se pon?a a temblar”. Cuando pasaba unos d?as de estancia con su madrina y con su padrino, quienes no ten?an conocimiento de las agresiones sexuales que sufr?a, la menor “no quer?a volver para su casa y les ped?a, llorando, estar m?s tiempo con ellos”.

Las agresiones sexuales ocurr?an siempre de noche, cuando el hermano de la v?ctima se encontraba dormido, o estaba fuera del domicilio. En otras ocasiones, en el cuarto de ba?o. “Estos hechos producen en la menor una afecci?n personal que concluye con la existencia de dolores de barriga producto de la ansiedad que padec?a, y que requirieron la necesaria atenci?n médica y psicol?gica”, cita la Audiencia como uno de los elementos que corroboran la versi?n.

Magistrados de la Audiencia Provincial de Ourense. | INAKI OSORIO
El tribunal subraya que en la declaraci?n de la v?ctima “no se aprecia la presencia de ning?n elemento que pueda ser considerado como acreditativo de una actuaci?n motivada por la presencia de un ?nimo de resentimiento, odio, venganza, o el interés en obtener con su declaraci?n una ventaja”. Adem?s, su testimonio, a lo largo de todo el procedimiento, es “uniforme, sin alteraciones ni introducci?n de hechos nuevos”, describiendo “la misma mec?nica comisiva”.

Los magistrados aseguran que concurren “datos objetivos suplementarios que revalidan de manera periférica” extremos de la declaraci?n de la menor, al tiempo que recalcan que consideran que re?ne “los requisitos necesarios para ser considerada como prueba de cargo con la suficiente entidad para entender vencida la presunci?n de inocencia del acusado”.

El informe forense del Imelga consider? cre?ble la versi?n de la ni?a, que declar? sobre estos hechos cuando ten?a 11 a?os, en una prueba preconstituida que evit? que tuviera que comparecer m?s veces en el juzgado a lo largo del proceso.

Seg?n indica la sentencia de la Audiencia Provincial, el relato de los hechos, “que, por las propias palabras empleadas por la menor, goza de mayor credibilidad, resulta preciso, al indicar lo acontecido; detallado, dentro de su simplicidad, al indicar lo acontecido y c?mo se produc?a; y veros?mil, pues encaja perfectamente en las manifestaciones del padre y en la propia situaci?n de la menor, quien era reticente a volver con el padre y presenta padecimientos f?sicos, dif?cilmente explicables si no responden a un hecho traum?tico como el vivido”.

La madrina de la v?ctima declar? que la menor sufr?a problemas de ansiedad y reticencias a regresar al domicilio con su padre. “Hecho que evidencia el repudio que sent?a ante lo que estaba sucediendo, y todo ello en un momento anterior a la revelaci?n de lo acontecido”, se?ala la Audiencia.

La testigo también manifest? que la madre, que vive en el extranjero, la llam? cont?ndole que la ni?a estaba mal y, aunque no sab?a qué suced?a, tem?a que pudiera estar sufriendo lo mismo que su hermana mayor, con la que reside en ese pa?s y que, seg?n la madre, también fue v?ctima.



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