El PP pelear? hasta el final por la investidura de Alberto N??ez Feij?o. La decisi?n est? tomada en Génova y coincide con lo que también piden los barones auton?micos y el partido de forma general: que el ganador de las elecciones intente sumar apoyos y si el Rey lo propone como candidato, se exponga a ese debate. Llevar la iniciativa y retratar a Pedro S?nchez con todos sus socios independentistas. Nadie en el PP cree que sea un fracaso y consideran que la inacci?n dar?a s?ntomas de mayor debilidad.

A?n quedan semanas para el desenlace, y en Génova siguen viendo como una opci?n la repetici?n electoral. Pero si S?nchez saca adelante un acuerdo con ERC, Bildu y Junts, el PP se plantea ya el escenario de una oposici?n mucho m?s reforzada.

En este momento no hay debate interno sobre la continuidad de Feij?o. Todos los dirigentes piensan que debe ejercer como l?der de la oposici?n, en previsi?n también de que empezar?a una legislatura “corta e inestable”. Y también, reflexionan ya en la direcci?n nacional, porque el escenario para el PP “ser? muy distinto” del vivido en los ?ltimos a?os. Los conservadores intentan reponerse del mazazo que supuso el resultado del 23J. Pero, al mismo tiempo, empiezan a poner en valor lo que implic? ganar las elecciones, siendo primera fuerza en el Congreso y con una mayor?a absoluta en el Senado.

Lo segundo ser? clave en todo el proceso legislativo. Porque la C?mara Alta tendr? la capacidad de vetar y devolver los planes del Gobierno, a pesar de que puedan regresar al Congreso para salir adelante. En todo caso, en las filas socialistas asumen que las iniciativas se dilatar?n mucho y los tiempos van a cambiar.

También el PP estar? en una posici?n de fuerza importante en el Congreso. Ahora tienen 136 diputados (falta por contar el voto exterior) y no 89 como en la pasada legislatura. Siendo la primera fuerza tienen la capacidad de cerrar todos los debates parlamentarios y tener la ?ltima palabra, a diferencia de lo que ocurr?a hasta ahora que el PSOE pon?a siempre la guinda. Y adem?s, las limitaciones de Vox (ya no podr?n interponer de manera individual recursos al Tribunal Constitucional por no tener suficientes esca?os), les deja casi todo el campo de la oposici?n libre.

A esta realidad en las Cortes Generales, que en la c?pula de Feij?o tachan de “muy inc?moda” para S?nchez, se une el poder institucional conseguido en mayo.

“Antes S?nchez ten?a una mayor?a de presidentes auton?micos. Ahora tendr? enfrente un bloque del PP”, anticipan dirigentes de alto nivel, poniendo en valor que Madrid, Andaluc?a y la Comunidad Valenciana, entre otras, llevan sello popular. En el PP est?n convencidos de que la potencia de las comunidades aut?nomas (doce en total, adem?s de las grandes ciudades de toda Espa?a y diputaciones provinciales) ser?n un “contrapeso muy relevante” al Ejecutivo central.

“?C?mo van a ser ahora los consejos de pol?tica fiscal, las reuniones sectoriales con las autonom?as o las conferencias de presidentes si es que las convoca S?nchez?”, reflexionan en el partido. La financiaci?n auton?mica, el mel?n por abrir de nuevo, puede ser también muy complicada para el Ejecutivo socialista y de Sumar. “Ahora m?s que nunca vamos a ir a una. La oposici?n se va a hacer desde los territorios con Feij?o al frente”, zanja un bar?n auton?mico.

La estrategia de oposici?n cambia ahora por completo. El PP cree que la primera lectura post 23J ha sido precipitada. No cumplieron expectativas a pesar de ganar y el marco que se ha impuesto es pr?cticamente que Feij?o perdi?. La realidad es que el dirigente conservador no tiene n?meros posibles encima de la mesa para hacer prosperar un Gobierno. Vox y el PNV mantienen un veto sobre el otro. Pero, insisten en Génova: “?Quién puede pensar que de verdad se puede confiar en el partido de Puigdemont?”. La reflexi?n es constante dentro de las filas populares. Porque entienden que si la pasada legislatura se tild? de inestable, “no hemos visto nada en comparaci?n con lo que viene”.

El PP conf?a en que el voto en el exterior les dé un esca?o m?s. Eso, dicen, podr?a implicar que los socialistas necesiten el voto afirmativo de Junts, unido al del resto de formaciones independentistas. “Y eso para una investidura. Pero al d?a siguiente, para todo lo dem?s. Leyes, convalidaciones de decretos leyes del Consejo de Ministros, Presupuestos Generales y cualquier otra iniciativa. Y ya no hay geometr?a variable. S?nchez va a tener que pactar cada palabra con todos esos partidos”, reflexionan en la direcci?n nacional.

Para el futuro grupo popular en el Congreso no es un asunto menor. Recuerdan que hasta ahora S?nchez contaba con la capacidad de pactar unas cosas con unos grupos y otras, con otros distintos. Por ejemplo, la ley de vivienda sali? con ERC y Bildu, pero sin el PNV. La reforma laboral tuvo luz verde por una equivocaci?n del PP, pero la izquierda independentista le dio la espalda. “Todo eso ya no existe. Ahora necesitar? el s? de todos. Grupos incompatibles y que pelean por su propia hegemon?a territorial”, anticipan, considerando que es “inviable” pensar que Bildu y los nacionalistas vascos puedan “compartir medallas”, igual que ERC y Junts. “Eso es ingobernable”, zanjan.



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