Los discursos p?blicos chocan con las actitudes fuera de foco. Seg?n el oficial, el PP no habla con EH Bildu de absolutamente nada. Los soberanistas, por su parte, acusan a las fuerzas que gobiernan en Vitoria-Gasteiz, PSE y PNV, de haber pactado la alcald?a con el PP. No hay ninguna prueba de tal afirmaci?n. S? la hay, y basta buscarla en las actas municipales, del acuerdo entre EH Bildu y PP para repartirse la presidencia de las 11 comisiones municipales, aprovechando que "la extra?a pareja" suma 13 votos, frente a las 12 de las fuerzas que conforman el gobierno municipal.

As? las cosas, Bildu se queda con 6 ?reas y el PP, con 5. El reparto ha sido al m?s puro estilo "est? para ti, esta para m?". Cada grupo ha ido eligiendo por turnos, de acuerdo con sus preferencias. Las opciones no han sido, en absoluto casuales. De este modo, EH Bildu se queda con Hacienda y Recursos humanos, mientras el PP se lleva, uno de sus grandes caballos de batalla, urbanismo, o en la nomenclatura actual, 'Modelo de Ciudad, Urbanismo y Vivienda'. Elkarrekin Gasteiz, con dos concejales, prefiri? no optar a ninguna presidencia, pero ha facilitado la distribuci?n acordada por soberanistas y populares. No se debe pasar por alto que las presidencias de las comisiones suponen un aumento del sueldo de los concejales elegidos para ostentarlas.

A la espera de una reacci?n oficial, fuentes del PNV han mostrado su malestar por el modo en que han discurrido los acontecimientos. Si bien es cierto que, tradicionalmente, se beneficia a las fuerzas de la oposici?n en la adjudicaci?n de presidencias, esta vez ha llamado la atenci?n que PP y Bildu hayan obrado unilateralmente, sin informar de sus intenciones ni a jeltzales ni a socialistas.

Por lo dem?s, no deja de ser llamativa la incoherencia de los discursos p?blicos con los hechos. El PP, que dice no negociar con Bildu, se ha reunido con la coalici?n que dirige Arnaldo Otegi para concretar el reparto. Del mismo modo, EH Bildu, que acusa a PNV y PSE de tener un pacto el PP, es quien acuerda con los populares las presidencias. Y todo, a unos d?as de las elecciones del 23 de julio, donde los mensajes oficiales de unos y otros no concuerdan con sus hechos contantes y sonantes.



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