Cayetana Montenegro se subi?, en Vigo, al taxi ajetreada con una cartera en la mano y pas? el trayecto de charla con el conductor del servicio. En el peque?o complemento llevaba un sobre con el dinero de una venta de unos aud?fonos que deb?a ingresar en el banco. Poco después, la mujer se llev? un gran disgusto al darse cuenta de que ya no ten?a la cartera con ella. Y no era para menos, puesto que la cuant?a que guardaba en su interior ascend?a a 1.350 euros.

Paralelamente, mientras esta mujer de Vigo lamentaba la pérdida, José Fortes, el taxista, continu? su camino hasta el centro médico El Castro, en donde recogi? a su siguiente cliente. Nada m?s sentarse en los asientos traseros, este le indic? al taxista que alguien se hab?a dejado olvidada una cartera en el veh?culo y José pens? inmediatamente en Cayetana. Fue al dejar a aquel cliente en su destino cuando este taxista de Vigo inici? lo que él mismo define como su “trabajo de detective”:

"Yo no me di cuenta de que se hab?a quedado all? la cartera y como en estos 25 a?os de profesi?n no es la primera vez que me pasa que alg?n cliente pierde alg?n objeto en mi taxi, empecé como siempre a hacer de detective privado"

“Yo no me di cuenta de que se hab?a quedado all? la cartera y como en estos 25 a?os de profesi?n no es la primera vez que me pasa que alg?n cliente pierde alg?n objeto en mi taxi, empecé como siempre a hacer de detective privado, después de guardarla bien en un compartimento del maletero, y lo primero que hice fue repasar mentalmente la lista de todas las personas que hab?a llevado aquel d?a. Avisé a la central y como estaba casi seguro de que pertenec?a a la ?ltima mujer que hab?a llevado me dirig? a la calle Zamora para preguntar por all? si alguien la conoc?a”.

Uno de los primeros lugares en los que pregunt? fue en el popular Mes?n Orensano, acertando de lleno, puesto que all? le confirmaron que conoc?an a Cayetana y que viv?a en la zona, aunque no sab?an en qué piso exactamente. “La estuve buscando por la zona y dejé mi tarjeta en el bar para que se la dieran en cuanto la vieran y me pudiera localizar para devolverle la cartera con el dinero. Al pasar una semana, como no recib?a ninguna llamada, yo ya estaba pensando en llevar todo a la Polic?a Local, pero finalmente Cayetana se puso en contacto conmigo y, aunque no trabajaba y estaba en Pazos de Borbén, le dije que estuviera tranquila que iba a llev?rsela porque, oye, nunca sabes qué falta le puede hacer a alguien el dinero”.

"Le invité a una ca?a y le di una propina de 50 euros por su amabilidad, porque realmente lo merec?a"

Cuando José Fortes apareci? esta misma semana con el complemento negro en la mano para devolvérselo a su due?a, Cayetana Montenegro casi se echa a llorar, pero le dio un inmenso abrazo de agradecimiento, de alegr?a al disponer de su dinero, pero también al ver que todav?a queda gente tan buena como este taxista. “Estuvo toda una semana con el dinero, sin tocarle para nada... y a?n por encima me hizo el favor de traérmelo a casa, es que fue un cielo, ya no queda gente as?; casi lloro cuando me lo trajo, le invité a una ca?a y le di una propina de 50 euros por su amabilidad, porque realmente lo merec?a”, cuenta esta viguesa que est? inmensamente feliz de haber recuperado sus pertenencias.

Tras una semana a la carrera e incluso haberse quedado a comer por la zona por si la ve?a, José Fortes firm? un final feliz con Cayetana al salvarle el disgusto que se hab?a llevado: “No ten?a por qué haberme dado ninguna propina, yo lo hice porque entiendo que le puede pasar a cualquiera y el dinero no era m?o, lo m?nimo es hacer las cosas bien. Su cara cuando le llevé la cartera fue lo mejor, qued? encantada, y yo también por haberla encontrado y haberle devuelto lo que era suyo”, concluye el taxista.



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