Cuando en los a?os posteriores a la Champions levantada en Berl?n (2015), ?ltima p?gina memorable del Barça en la élite continental, avis?bamos de lo que se ven?a encima poca gente nos prest? crédito. Entonces, defend? que el club se estaba desviando peligrosamente del modelo futbol?stico que le hab?a hecho ?nico en el mundo, que no exist?a proyecto deportivo ni para el primer equipo ni para el f?tbol formativo y que la colecci?n del eterno rival en Europa iba a condicionar de manera nefasta la hoja de ruta de la entidad. Perfiles inadecuados - Paulinho, Arturo Vidal... -, cromos inasumibles y descontextualizados - Coutinho, Dembelé y Griezmann - o entrenadores casados con la inmediatez, carentes de mirada a medio o largo plazo.

El equipo, con la MSN languideciendo, cada vez con menos foco en la sala de m?quinas, huérfano del control que le permiti? dominar este juego y sin alma en los intangibles del f?tbol, cosech? en la Champions humillaciones por doquier. El inmenso talento de Messi distrajo al personal, proporcion? ligas y copas y Bartomeu remat? su obra. Contrato vitalicio a la vieja guardia, congelaci?n del cambio generacional y competencia cero para los titulares de siempre. Al final, el drama no s?lo deriv? en la dificultad para incorporar talento diferencial en las zonas de ataque; también afect? al ?rbol generacional de la Masia.

Ya sin Busquets, no hay dinero para invertir en un recambio extranjero de nivel, ni al parecer se ha fabricado nada consistente e inmediato en la casa. Casad? (19) y Pau Prim (17) tienen pinta de llegar a ser, pero nadie, ni tan siquiera el propio Xavi, parece dispuesto a jug?rsela. Por no preguntarse si merece la pena tratar de repescar a Oriol Romeu, mariscal en Girona. En las dos épocas de mayor lustre, Guardiola y Busi mandaron en el mediocentro. En 2023, presentar un vac?o*en una posici?n casi emblem?tica para este club debe considerarse como un peque?o fracaso.**



أكثر...