El Mundial de F?tbol femenino est? a la vuelta de la esquina, perohay una seria amenaza de que su retransmisi?n en Europa no se produzca. “Esto es una bofetada en la cara de todas las grandes jugadoras del Mundial y de todas las mujeres del mundo”, denunciaba Fifa. “Confiamos en la capacidad de la FIFA y de las emisoras independientes para encontrar los medios para una puesta en valor justa de la competici?n”, ped?an los gobiernos de las cinco grandes potencias europeas del f?tbol.

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Y, al final, una realidad: nadie puede obligar a las televisiones privadas a pagar un sobreprecio por unos derechos audiovisuales que saben que es imposible rentabilizar si alguno cede ante las presiones y paga lo que pide Gianni Infantino.

El presidente del regulador del f?tbol mundial quiere demostrar que el negocio del f?tbol femenino es una realidad gracias a él, pero se est? encontrando con la realidad. Nadie paga lo que pide. Y no lo hacen porque reclamar m?s de 10 millones de euros en el caso de Espa?a es no entender la realidad del mercado y el punto en el que se encuentra la modalidad en términos de producto de gran consumo. Con el a?adido de que, al disputarse en Nueva Zelanda, los horarios de los partidos aqu? ser?an a las 9 de la ma?ana, con lo que eso implica en términos de potenciales audien

Vayamos por partes. La FIFA est? pidiendo en Espa?a m?s de 10 millones de euros por la retransmisi?n de este torneo, es decir, casi un 25% de lo que RTVE pag? por el Mundial de Qatar 2022 -con millonarias audiencias- y casi un 40% m?s respecto a los 7,2 millones de euros que DAZN y Mediapro pagan anualmente por toda una temporada de la Liga F. Son datos que, de por s?, ya evidencian que algo falla en la petici?n de Infantino, que ha dirigido su mensaje especialmente a las televisiones p?blicas, confiando en que la presi?n pol?tica fuerce a que sean estas las que paguen el sobre precio.

Aqu?, de momento, las ofertas p?blicas y privadas no han superado los dos millones de euros. Y, aun as?, me atrevo a decir que ya se da un sobresfuerzo respecto al retorno real que obtendr?an en Espa?a. La cadena p?blica no puede recuperar nada v?a publicidad porque lo tiene prohibido, por lo que de poco le sirve que partidos puntuales como la Copa de la Reina, con 827.000 telespectadores de media, puedan funcionar bien cuando se emiten en La1. Porque eso son partidos puntuales y su réplica se dar?a, a lo sumo, con los partidos de La Roja, pero no con todo lo dem?s.

Y aqu? el dilema: ?las TV son las que deben pagar un sobreprecio o es FIFA quien deber?a redirigir recursos para que el business que quiere no sea un freno a la visibilidad del f?tbol femenino? Porque que nadie se enga?e: hoy a?n estamos en fase de promover la visibilidad para atraer m?s marcas y generar demanda, no en intentar que los due?os de los derechos ya rentabilicen sus proyectos.

Copa América: llegan las primeras firmas para alcanzar los 25 millones de reto comercial

Semana de anuncios importantes para al Copa América. El comité organizador se impuso el reto de conseguir 25 millones de euros con la gesti?n comercial de la prueba n?utica tras asegurarse cerca de 45 millones de la Administraci?n, y a falta de unos meses ya se est?n produciendo los primeros acuerdos. Se trata de Estrella Damm y Puig, dos de las multinacionales made in Barcelona que aparec?an en todas las quinielas como posibles patrocinadores y que as? lo han confirmado ya. Adem?s, y creo que es lo destacable en esta ocasi?n, con proyectos que buscan marcar la diferencia respecto a un patrocinio cl?sico de pagar por la mera presencia de marca.

Grant Dalton, CEO del Team New Zealand, bromeaba el otro d?a con que no puedes caminar 500 metros por la ciudad sin encontrarte el logo de la cervecera. Y ah? reside uno de los puntales de Damm, que ambiciona que la gran cita deportiva se convierta en un dinamizador de la restauraci?n de la ciudad tras un periodo de tres a?os en los que la pandemia ha hecho fuerte estragos en este negocio. Puig, hist?rico apoyo de las pruebas de vela, dar? nombre a la primera edici?n de la Copa América femenina, toda una declaraci?n de intenciones.



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