Vinicius Jr. es, ahora mismo, el futbolista m?s querido de Brasil por delante de Neymar. Los ataques racistas en Mestalla lo han catapultado a unos ?ndices de popularidad que nunca tuvo ni actuando con el Flamengo (que es el club con m?s ‘torcida’ del pa?s) ni con la Seleçao, donde firm? un Mundial de Qatar m?s que discreto.

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El delantero merengue es unanimidad en su pa?s, donde lo han convertido en un icono de la lucha contra los prejuicios raciales en un proceso de ‘beatificaci?n’ en el que se le perdona cualquier pecado que haya podido cometer (no hay ni la m?nima referencia a los insultos y provocaciones que ha dedicado a adversarios a quien ha intentado vejar).

El presidente Lula da Silva y su gobierno (a quien, por cierto, Vinicius se ha olvidado de agradecerle p?blicamente por todo lo que ha hecho y sigue haciendo por él), el Ayuntamiento de R?o, la CBF, todo el ‘star system’ local y millones de ciudadanos an?nimos se han volcado con Vini.

El hartazgo con Neymar, que por un motivo u otro ha sido incapaz de ganar un Mundial, y una raz?n tan noble como la lucha antirracista han propiciado que se haya producido un cambio de n?mero 1... también ha ayudado que el ‘10’ del PSG no juegue desde el 19 de febrero.



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