Digamos de antemano que todos los remedios propuestos tienen su eficacia si se utilizan constantemente a lo largo del tiempo. El agua que fluye continuamente por el inodoro deposita residuos que se solidifican lentamente hasta dar lugar a las infames l?neas amarillas o negras. No puede existir un remedio definitivo porque el agua siempre arrastrar? cal.

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A finales del siglo XVI, en Inglaterra, un tal John Harlington, dise?? un retrete que mejoraba el de la antigua Roma, a?adiendo una torreta, que conten?a una cisterna, con un grifo para evacuar el agua. Los romanos, en efecto, hab?an previsto, con sus letrinas p?blicas, la evacuaci?n de las necesidades desde vasijas de cer?mica directamente a los desagües.

El dise?o de Harlington fue retomado un par de siglos m?s tarde por otro compatriota, el brit?nico Alexander Cummings, que lo mejor? a?adiéndole el sif?n en forma de U, que permit?a eliminar los olores formando un tap?n de agua en su interior. Esto sigue siendo as? hoy en d?a en todos los hogares. Incluso los inodoros de ?ltima generaci?n, con sanitarios suspendidos o washlets, como los de los japoneses, con bidé incorporado, pueden sufrir, por desgracia, el problema de las manchas. Como siempre, uno puede optar por poner en pr?ctica los remedios de la abuela para eliminarlas, o recurrir a los industriales. Se cree que estos ?ltimos da?an y corroen las superficies a largo plazo. Nada m?s err?neo, porque el ?nico ?cido que lo hace es el fluorh?drico, pero es dif?cil de encontrar comercialmente. En consecuencia, el muri?tico podr?a ser una soluci?n, aunque, por razones medioambientales, siempre ser? mejor utilizar productos naturales. En concreto, para eliminar las manchas amarillas y negras del inodoro, podemos recurrir a una planta bulbosa de uso com?n en la cocina. Se trata del ajo.

No ech?ndolo directamente a la taza del v?ter. No porque no funcione, sino porque, para tener una mejor y profunda limpieza, podr?amos aprovecharlo de otra manera. Es decir, haciendo una infusi?n con ella que luego podemos utilizar, metiéndola en un pulverizador, también en otras zonas. As?, hervimos 500 ml de agua con tres dientes de ajo. Lo dejamos en infusi?n unos diez minutos, lo dejamos enfriar y rociamos toda la superficie del inodoro con sus manchas. En unos instantes éstas se disolver?n y ser?n muy f?ciles de eliminar.

Esta soluci?n, que podr?amos llamar infusi?n de ajo, también se puede utilizar para pulverizar sobre las hojas de berenjenas, tomates, albahaca, pimientos y evitar que sean atacados por los temidos pulgones. Lo importante, como siempre, es que el remedio se utilice constantemente para que sea plenamente eficaz, sin ning?n esfuerzo particular.



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