A ritmo de tripes. Hasta nueve triples anot? el Barça al llegar al descanso. Fue una virtud que le permiti?, primero igualar una salida eficaz del Madrid y, posteriormente empezar a llevar la iniciativa. Sin duda, Tavares fue amo y se?or de las pinturas en el primer cuarto. Control? los rebotes, ataque y defensa, y anot?, en este per?odo, 10 de los 18 puntos de su equipo.

Los de Chus Mateo supieron controlar a Mirotic, pero les cost? dar un relevo de calidad a Tavares cuando éste baj? su rendimiento ofensivo. Espectacular la pareja Abrines-Kuric. Se repartieron los minutos en los cuartos y sumaron 17 de los 42 puntos del Barça al descanso. El Madrid volvi? a aplicar defensas alternativas, individual y zonal. Trab? un poco a los blaugranas, pero en la pared final del segundo cuarto, los de Saras reaccionaron y abrieron una brecha importante en el marcador.

El per?metro blaugrana funcion?, per? no as? los p?vots. No hubo equilibrio entre el juego interior y exterior. Un desequilibrio que tras el descanso pas? factura, y de qué manera, a los blaugranas.

Una cuesti?n de car?cter. No hubo manera. Se esperaba tras el descanso una reacci?n del juego interior del Barça. No fue as?. El Madrid Sali? del vestuario mucho m?s enchufado. Hezonja maniat? a un desconocido Mirotic, que se desquici? buscando su primera canasta, sin éxito. Inexplicable la actuaci?n del montenegrino en un duelo tan trascendental. Los blancos, desde la zona, empezaron a encontrarse c?modos, y en los hombres de Saras un cierto miedo escénico empez? a hacer acto de presencia. Un 58-58 empez? a marcar el desastre final.

Sergio Rodr?guez anot? 9 puntos consecutivos y rompi? el partido. Ni Mirotic, ni Sanli y tampoco Vesely pudieron ensombrecer a Tavares. Y la reacci?n no lleg?. Mientras los madridistas jugaban como quer?an, los blaugranas desaparecieron. No hubo color al final. El Barça no compiti?. Algo imperdonable en una Final Four. Si anotas 24 puntos en los decisivos ?ltimos minutos, hay poco que hacer. Otra enorme decepci?n.

El Barça llegaba en forma a una Final Four propicia para lograrla. A la hora de la vedad, el Madrid demostr? ser m?s equipo y, sobre todo, tener m?s car?cter, ambici?n, personalidad, y jugadores a los que no les tiembla el pulso en los momentos calientes del partido. Un fiasco que el seguidor culé no se merece.



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