Una honda pena nos invadi? al conocer la triste e inesperada noticia del fallecimiento de nuestro querido Guillermo Garc?a-Alcalde. Supimos de su grave enfermedad, pero confi?bamos en su pronto restablecimiento.

Siempre vimos en él un hombre apasionado por la cultura, un descomunal periodista, un ser humano extraordinario y un amigo leal. Para nosotros fue mucho m?s que el primer ejecutivo de nuestro grupo durante tantos a?os. Fue una persona muy especial que nos brind? su grata y enriquecedora compa??a en el viaje de la vida y que, durante casi cinco décadas, dio lo mejor de s? mismo para hacer grande nuestro proyecto editorial. No hay palabras para agradecer su valiosa contribuci?n al nacimiento y a la expansi?n de nuestra compa??a ni tampoco para describir el enorme vac?o que, con su marcha, deja en toda la familia de Prensa Ibérica.

Nos conoc?amos a la perfecci?n. Nuestra complicidad era tal que muchas cosas las sab?amos sin necesidad de expresarlas. A veces un gesto, otras veces una simple mirada o una leve sonrisa, nos val?a para descifrar qué pens?bamos y qué decisiones tomar. Junto a él hemos aprendido y con él hemos compartido un sinf?n de preocupaciones y alegr?as, ilusiones y desvelos; vivencias todas que han forjado, a fuego lento, una fuerte amistad.

Su potente bagaje intelectual, su an?lisis inteligente y perspicaz de la realidad y su incuestionable talento a la hora de traducir sus ideas en palabras le llev? durante a?os a escribir los editoriales con formidable maestr?a y competencia m?s que probada.

Siempre fue un hombre culto y de progreso que defendi? la democracia, luch? por las libertades, crey? en un mundo m?s justo y apoy? a la cultura en todas sus facetas y todos los d?as de su vida.

Junto al periodismo, la m?sica fue su otra gran pasi?n. Estudi? Derecho, pero su vocaci?n art?stica le llev? a formarse en el Conservatorio de M?sica de Oviedo. En los a?os sesenta, con poco m?s de veinte a?os, ya escrib?a afiladas cr?ticas musicales en La Nueva Espa?a.

Aunque de origen asturiano -naci? en Luarca hace 83 a?os-, Guillermo se sent?a plenamente identificado con Canarias. Fue un canario m?s y as? le ve?an en las Islas, donde se convirti? en un auténtico promotor de la m?sica y la cultura.

De insobornable lealtad, Guillermo fue uno de los pilares fundacionales de Prensa Ibérica, un estrecho colaborador, una persona de nuestra m?xima confianza y, sobre todo, un gran amigo de la familia.

Hemos perdido a un buen hombre. Nunca le olvidaremos.

Descanse en paz.

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Javier Moll es presidente de Prensa Ibérica | Arantza Sarasola es vicepresidenta de Prensa Ibérica



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