Las grandes decisiones acostumbran a ir acompa?adas de un sentimiento paralizador. Sobre todo cuando est?n en juego emociones de alto voltaje. El regreso de Messi no se puede desligar de ese marco sentimental. La nostalgia es un arma poderosa y tiene que ser muy dif?cil para Laporta renunciar a la posibilidad de recuperar a Messi o proyectarse, él mismo, en ese ‘Jan’ joven y plet?rico de su primera etapa. Es l?cito pero entra en contradicci?n con el relato de reconstrucci?n que ha vendido el club los ?ltimos a?os.*

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La direcci?n deportiva ha trabajado -y ha tomado decisiones- pensando en el Barça post-Messi para terminar recuperando al argentino dos temporadas m?s tarde. Por eso no sorprende que Mateu Alemany no fuera partidario de su vuelta. A nadie se le escapa que, para lo bueno y para lo malo, no hay otro futbolista que condicione tanto a un equipo como el Messi actual. As? se explica el éxito de Argentina: un equipo entero comprometido con un futbolista durante un periodo corto de tiempo haciendo un esfuerzo insostenible una temporada entera.*

El Barça de Xavi

?Puede ofrecerle ese contexto el Barça actual? De entrada, el crecimiento del conjunto de Xavi se ha basado en la consistencia defensiva. Una solidez que solo se entiende por los h?bitos de todo el equipo: una presi?n alta que incluye a los delanteros y un trabajo defensivo en el que se involucra todo el equipo.

La llegada de Messi también tendr?a un efecto colateral: apuestas del club de futuro como Ansu (20 a?os), Ferran Torres (23) y Raphinha (26) se ver?an comprometidos por la llegada de un futbolista que en junio cumple 36 a?os. Su llegada sentenciar?a a alguna de las grandes apuestas econ?micas del club, afectar?a el rol actual de jugadores que son la bandera del equipo y obligar?a al club a posponer fichajes que la direcci?n deportiva planificaba para este verano.*



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