El de Carmen Calvo (Valencia, 1950) es un imaginario tan cr?tico como ir?nico. Fruto de un car?cter muy particular que, trasladado al arte, da lugar a piezas inconfundibles. Y habiendo creado una huella visual tan propia, la artista se dispone ahora a entablar un dialogo entre su obra y la de otro de esos creadores con sello ?nico, Pablo Picasso.
En celebraci?n del A?o Picasso, que conmemora el 50 aniversario de la muerte del genio del cubismo, la valenciana presenta una exposici?n antol?gica que re?ne muestras de su larga trayectoria, desde sus primeros trabajos en la escuela de artes y oficios a los 12 a?os, hasta lo ?ltimo que ha salido de su estudio y que tiene al autor del Guernica en el centro. Una muestra comisariada por Emmanuel Guigon y Vict?ria Combalia, que se podr? visitar en el Museo Picasso del 5 de mayo al 3 de septiembre de 2023.
Siendo ella una artista multidisciplinar, cualquier formato habr?a sido adecuado para la fusi?n de sus piezas con las del malague?o, puesto que a lo largo de su vida Calvo ha trabajado el dibujo, la pintura, la escultura e incluso la filmaci?n de cine. Sin embargo, ha optado por la postal, un recurso que, explica, "le resulta fascinante por su funci?n patrimonial y su uso para reproducir obras de arte". En 2018, la autora realiz? una serie de estas tarjetas modificadas, a las que bautiz? con el t?tulo 'El tiempo que apasiona'. El conjunto ha sido ahora completado con nuevas incorporaciones, realizadas a partir de postales del museo Picasso que han sido intervenidas mediante métodos como el collage, resultando en una atractiva desintegraci?n de la realidad.
Feminismo, protecci?n de los ni?os y rechazo a los arquetipos sociales
La obra de Carmen Calvo configura una lucida cr?tica social a la memoria de Espa?a, que hunde todav?a sus ra?ces en el franquismo y la postguerra. Sus piezas rechazan los arquetipos que se imponen en la sociedad, muchos todav?a en herencia de aquellos a?os: "La obligaci?n de las mujeres de casarse para terminar dedic?ndose a ser amas de casa, la necesidad de que los hombres demuestren continuamente su virilidad, la imposici?n a los m?s peque?os de una correcci?n m?s propia de los adultos y mediante métodos que rozan la violencia…", explica la artista.
Carmen Calvo en el Museu Picasso. | EFE
Los ni?os son un tema recurrente en su obra. Representados con su uniforme escolar, como monaguillos, sometidos a un sistema de leyes encorsetadas o como v?ctimas de abusos sexuales y psicol?gicos. Lo refleja crudamente en 'Una jaula para vivir', la recreaci?n de un habit?culo blanco lleno de mu?ecas, peluches y otros objetos infantiles, que solo pueden contemplarse desde el exterior, a través de unas mirillas situadas en las paredes de la enorme caja. Una puesta en escena que evoca un episodio real sucedido en 1997, y del que Carmen Calvo tuvo conocimiento a través de las noticias: La historia de una ni?a de siete a?os que fue secuestrada y encerrada en una especie de jaula durante semanas.
Y aunque la artista asegura que solo habla "de lo que la altera" y que no sigue "ning?n guion" o se propone conscientemente "hacer una denuncia social en sus obras", la cuesti?n de género es otra de las tem?ticas que con m?s recurrencia inspira su trabajo. Dice mucho la pintura de grandes dimensiones con la que se da apertura a la exposici?n, una pieza sin titulo que cre? en 1969 y en la que aparece un cazador armado estirando de los pelos a una mujer, como si exhibiera a un conejo recién capturado. O el conjunto de maniqu?es con el que, metaf?ricamente, se representa a las v?ctimas de una agresi?n o a los juegos er?ticos entre mujeres.
'Maniqu?es' parte de la exposici?n de Carmen Calvo en el Museo Picasso de Barcelona. | ARCHIVO MUSEO PICASSO
El de Carmen Calvo nunca ha sido un feminismo "de manifestaciones expl?citas ni program?tico", pero s? ha denunciado sutilmente y con iron?a "los roles tradicionalmente asociados a la mujer.", explica el texto de la exposici?n. Y ante la pregunta de c?mo se siente exhibiendo su trabajo en el Museo Picasso, conociéndose la polémica relaci?n que este manten?a con las mujeres, la valenciana contesta que prefiere "no entrar en ese espacio de persecuci?n" y no juzgar los eventos de un tiempo pasado con los ojos actuales. "Se tienen que decir las cosas suavemente, pero sin molestar. Estoy con mi obra en un espacio lleno de cuadros de Picasso, pero a m? me interesa la historia de Picasso, no su vida privada", a?ade.
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