?Ver decenas de conciertos de heavy metal en alta mar desde el interior de un jacuzzi y con la brisa marina golpeando tu rostro sobre la cubierta de un gigantesco barco? S?, se puede. El crucero Freedom of the Seas celebra cada a?o el festival '70.000 Tons of Metal' y transporta desde hace m?s de una década en cada edici?n anual a cerca de 3.000 fan?ticos del rock pesado de todas las nacionalidades por aguas del Caribe, ofreciendo a bordo durante cinco d?as una ‘terapia’ rockera intensiva con 60 grupos y un total de 120 conciertos. En su interior, cuatro escenarios, bares que abren las 24 horas, piscinas, una cancha de baloncesto, un minigolf, un casino, un spa, restaurantes tem?ticos y la posibilidad de convivir y compartir la experiencia con los miembros de todas las bandas. Los fans que agotan cada a?o los pasajes acuden sabiendo que no oir?n cantos de sirena; ellos lo que buscan es entrar en el para?so flotante de la m?sica metalera.
En la edici?n de este a?o, el Freedom of the Seas, que en realidad y pese al nombre del festival que alberga, sobrepasa las 154.000 toneladas de peso (tres veces el del Titanic), parti? de Miami este 30 de enero rumbo a Bimini, en Bahamas, para regresar de nuevo a la costa estadounidense el 3 de febrero. En total, cinco d?as y cuatro noches marcados por el imperio de potentes guitarras eléctricas, contundentes voces, miles de fieles entre los que predominaron las indumentarias negras y los tatuajes, y un marat?n de conciertos diarios que comenzaban diariamente a las diez de la ma?ana y conclu?an a las seis de la madrugada del d?a siguiente. Un deleite para los 2.761 fans que pagaron su pasaje, quienes, adem?s, pod?an disfrutar simult?neamente de la amplia variedad de opciones de diversi?n y entretenimiento que ofrecen las mastod?nticas instalaciones del que durante un tiempo lleg? a ser el crucero m?s grande del mundo.
Al n?mero de fans hay que sumarle los miembros y staffs de las 60 bandas y m?s de 1.300 tripulantes que se encargan de que nada falle. Las dimensiones del barco de la naviera Royal Caribbean le permiten engullir todo sin el menor problema, incluidos los 14 camiones con el material y equipos de los grupos. Se trata de un ‘angelito’ de 338 metros de largo, 38 de ancho, con 15 cubiertas, capaz de navegar a 21,6 nudos (unos 40 kil?metros por hora).
Los precios por persona de la aventura metalera oscilan entre los 1.366 d?lares (unos 1.250 euros) si compartes una cabina de cuatro plazas, hasta los m?s de 4.999 d?lares (unos 4.500 euros) en la versi?n m?s lujosa de los camarotes exteriores de grandes dimensiones y mejor ubicaci?n. A esa cantidad hay que sumarle 464 d?lares (420 euros) en concepto de tasas y sobrecargos. En el precio no est?n incluidas las bebidas alcoh?licas ni las veces que quieras retar por tu cuenta a la diosa fortuna en el interior del casino que hay en las tripas del Freedom of the Seas.
Instalaciones de lujo
?ngel Garc?a es uno de los espa?oles que ha estado presente en la ?ltima edici?n. En su opini?n, se trata de un crucero “tirando a medio alto, es algo caro. Muchos de mis amigos no han podido ir este a?o. Después de la pandemia lo han subido. Tienes que tener unos ahorros para poder permitirte ir desde Europa hasta Miami, alojarte como m?nimo all? una noche, y luego pagar la cabina. La puedes compartir con otros tres, pero, s?, es para poder adquisitivo medio alto”. Eso s?, reconoce que “es de lujo, porque las instalaciones son de clase alta. Est?n fenomenal. Los camarotes est?n muy bien. El barco es de los m?s grandes. Hay instalaciones para realizar escalada, jugar al baloncesto, un simulador de olas de surf…”.
Aunque hay comida gratuita, el crucero ofrece también la posibilidad de disfrutar de otras opciones culinarias de pago y visitar restaurantes tem?ticos para probar sushi, un asado argentino o una receta italiana. La variedad gastron?mica es amplia.
Pr?cticamente, durante todos los d?as se celebran varios conciertos de forma simult?nea en los cuatro diferentes escenarios con los que cuenta el crucero. Cada uno de los 60 grupos act?a en dos ocasiones y el calendario se organiza para que los viajeros puedan planificarse para ver a la totalidad de formaciones. En la cubierta est? el escenario principal, donde se puede disfrutar de los conciertos mientras los fans toman el sol, se dan un ba?o en cualquiera de las piscinas o desde el interior de un jacuzzi. La escena de aficionados al heavy metal disfrutando a remojo de las actuaciones de grupos de death metal se sale realmente de lo convencional.
Otro de los escenarios es el Royal Theatre, una sala de cinco pisos en las que las butacas de pista se retiran para que los asistentes puedan contemplar de cerca a los m?sicos, mientras el resto puede optar por asistir a la actuaci?n sentado en butacas en el resto de plantas. El escenario m?s peque?o es el sal?n Star, una especie de club, m?s ?ntimo y de menores dimensiones y, por ?ltimo, est? un tercer escenario cubierto, el Studio B, sobre una pista de hielo, aunque durante este viaje se cubre.
Convivencia entre p?blico y artistas
A lo largo de los a?os de historia del festival han actuado importantes grupos y solistas del heavy metal que van desde Blind Guardian hasta Saxon, pasando por Helloween, Accept, Doro, Michael Schenker, Gamma Ray o Anthrax. La edici?n de 2023 ha contado entre otros con el legendario guitarrista alem?n Uli Jon Roth (ex miembro de Scorpions), los finlandeses Nightwish, los alemanes Kreator o la banda madrile?a Wormed. La relaci?n de los m?sicos con los viajeros resulta, inevitablemente, mucho m?s cercana que en un concierto en un estadio o en una sala, ya que surge la convivencia. “No hay zonas VIP, realmente es como si todos tuvieran un pase backstage”, se afirma desde la organizaci?n.
?ngel Garc?a resalta este aspecto: “Lo hacen con unas caracter?sticas especiales que no consigues en otros eventos. Est?s alrededor de los grupos, comes con ellos, vas a las excursiones con ellos. Es una experiencia muy diferente. Est?n contigo esperando la cola para coger la comida. Te dejan hacerte fotos con ellos, hablas con ellos, te firman aut?grafos. Es un ambiente muy especial. Interact?as con todas las bandas…”, describe este aficionado espa?ol.
Est?s alrededor de los grupos, comes con ellos, vas a las excursiones con ellos. Es una experiencia muy diferente"La oferta musical a bordo es, de forma contraria a lo que se podr?a imaginar si se piensa en el heavy metal como un género un?voco, muy variada. El cat?logo (no es el de una fundici?n) de estilos incluye variantes como death metal, thrash metal, gothic metal, folk metal, progressive metal, black metal… matices, diversidades y estilos pese al repetido matiz met?lico reconocibles por la totalidad de viajeros. “La calidad del sonido en general est? bien, pero ese no es el principal valor; lo es que durante las actuaciones t? est?s en la cubierta, en el jacuzzi, ba??ndote, te da el aire del Caribe… Eso prevalece sobre el sonido, que es bueno, pero se valora m?s el entorno alrededor del escenario. Te puedes mover, puedes llegar a primera fila y volver”, precisa ?ngel Garc?a.
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