Para un madridista, la semifinal de Champions tiene un lugar propio en el calendario. Como el que celebra unas fiestas populares. Tiene guardada la camiseta blanca para ese d?a. Solo tiene que mirar el calendario. Sabe que, salvo una anomal?a hist?rica, esa jornada est? reservada. Todo lo dem?s, incluso hasta LaLiga, da igual desde el momento en el que el Real Madrid sabe que después de la 'busiana' le espera el himno de Tony Britten. Y después, la remontada, sustentada esta vez en Joselu y el 'Vinisistema'.

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Es un men? que se sirve con m?ltiples condimentos, aunque alguno piense que es una dieta blanda. Hay platos que van desde el gusto defensivo, como sucedi? en el Etihad. Otros tienen un aroma ex?tico que ponen jugadores insustituibles como Vinicius. Pero en el insaciable banquete europeo del Real Madrid también hay espacio para el producto nacional y con denominaci?n de origen. C?mo se habr? vivido en Silleda, localidad de Joselu, un doblete de '9'. S?, esa pieza que perdi? el Real Madrid en verano y que alguno pens? que no ten?a.

Un Bayern con p?nico al error

Hab?a un ambiente de desconfianza en la previa. Porque el Bayern de M?nich es lo m?s parecido que existe al Real Madrid. Un equipo de madera de caoba que prescinde de la psicolog?a del f?tbol moderno, donde hay que llegar a las grandes citas asumiendo todos los escenarios posibles. Pero estos dos grandes de Europa simplemente salen al campo y ya. Que venga la muerte disfrazada del modo que le plazca.

Y precisamente el primer acto fue un baile de m?scaras. El Bayern sali? agazapado, con un deber m?ximo como era evitar los errores. Las dos acciones que propiciaron los goles de la ida fueron se?aladas por Tuchel desde el mismo momento en que se produjeron. El infractor, Kim Min-jae, fue uno de los sacrificados en la alineaci?n. En su lugar sali? De Ligt, al que se le puso, junto a las ayudas de sus compa?eros, el cometido m?s dif?cil posible: parar a Vinicius Jr.

Vinicius es el sistema del Real Madrid

Uno de los beneficios de la Champions es que permite disfrutar en todo su esplendor del brasile?o. Cuando el Real Madrid duda, se convierte en un 'Vinisistema'. Es el ?nico capaz de vencer el rigor t?ctico para significarse desde todos los flancos. Es un astro confirmad?simo al que temen todos los entrenadores. Su evoluci?n desde que llev? al conjunto blanco tiene pocos ejemplos similares. Si es que existen.

Sobre Vinicius el Bayern necesit? situar a, como m?nimo, dos hombres para evitar sus incursiones. Con todo, resultaba indetectable con las alternancias que efectuaba con los hombres de arriba. Lejos de ser una anarqu?a ofensiva, el desarrollo atacante del Real Madrid es un l?tigo de m?ltiples dijes que atemorizaba a un Bayern que sal?a de la cueva solo cuando estaba realmente seguro. Con todo, la falta de precisi?n en el ?ltimo tercio le imped?a meter miedo real a los de Ancelotti, impecables en defensa.

El Real Madrid es un equipo esta temporada que ha huido de los estereotipos. Ha controlado los encuentros en los que le ha correspondido en papel y hab?a llegado a estas semifinales con todos los registros aprendidos. La concentraci?n como m?xima que desarrollaron hasta el l?mite en el Etihad. Las continuas bajas han mejorado las versiones de jugadores como Rüdiger y hasta Nacho desarrollaba la capitan?a con cortes providenciales. As´fue hasta su desliz en la segunda parte.

Ancelotti vs. Tuchel, dos modelos de gesti?n

Todo esto, por supuesto, construido desde el 'poder de la amistad', un 'meme' que ridiculizaba la falta de preceptos del Real Madrid, cuando en realidad lo que hace es destacar la argamasa fundamental. Porque de los m?ltiples combates que hab?a en juego en el Bernabéu uno ten?a que ver con la gesti?n del vestuario.

De un lado, un patr?n como Carletto que basa su gesti?n en la confianza; y del otro, la mano de hierro de Tuchel, un entrenador que intent? una cruzada a la desesperada en la ?ltima semana para tejer los lazos que no hab?an existido durante el resto de la temporada. Charlas t?cticas, motivaci?n y a esperar la providencia. Una estrategia demasiado costosa energéticamente y que empez? a pagar en la segunda mitad.

El gol del Real Madrid parec?a cuesti?n de tiempo frente a un conjunto germano que si realmente quer?a robarle las ideas al conjunto local ten?a que proponer algo en ataque. Sus contraataques eran un codillo de cuero duro. Sin la dulzura que requiere una eliminatoria de Champions. Indigestos en el ?ltimo pase. A Tuchel le serv?a simplemente llegar vivo al final, la estrategia m?s suicida que se puede plantear contra el Real Madrid. Los desenlaces son su 'zona Cesarini' y en la comparativa de los banquillos sal?a perdiendo.

?Qué le quedaba al Bayern en estas circunstancias? Esperar una genialidad. El m?s indicado para ello era Musiala, cuya elasticidad es impropia de un ser humano. Cuando el Real Madrid pens? que el Bayern ya no intentaba imitarle, result? que s? pudo. Hab?a un jugador del equipo b?varo que disputaba su propio encuentro: Davies, al que sus malas actuaciones recientes le alejaban del Bernabéu, que dej? en silencio con una acci?n magistral.

Joselu, la reivindicaci?n del '9' que siempre estuvo

Nada de lo descrito cronol?gicamente hasta este momento cambiaba. Al Real Madrid le hab?an cazado una vez. La historia reciente le ense?aba al que hab?a marcado demasiado pronto. Adem?s, si algo hab?a demostrado esta Champions es la capacidad del gran campe?n del torneo para responder a los golpes. Lo hizo tan r?pido como pudo. Solo una falta de Nacho sobre Kimmich impidi? una remontada rel?mpago.

Tuchel lo vio claro. Hab?a que morir disfrazado del Real Madrid, en concreto, de su opci?n conservadora. El Bayern se visti? de la Uni?n Social Cristiana de Baviera (CSU), el partido que lleva gobernando una peculiar regi?n que desde su nacionalismo ha hecho que Alemania se parezca a ellos y no al revés. El técnico visitante demostr? no ser rencoroso y dio entrada a Kim Min-jae.

Tuchel no firmaba la pr?rroga ni los penaltis, porque de lo contrario no habr?a retirado a Kane, el que mejor porcentaje ten?a en caso de una hipotética tanda donde el Real Madrid llevaba las de ganar. La apuesta, como era de esperar, fracas?. Y si hab?a una f?rmula por explorar, el conjunto de Ancelotti remont? con el m?s viejo de los c?digos: un doblete del '9', Joselu.

En verano todos se echaron las manos a la cabeza porque el conjunto blanco se hab?a quedado sin delantero centro. E incluso muchos siguieron diciendo lo mismo con el paso de los meses. Pero ya se encarg? el gallego de recordar que no se puede minusvalorar a cualquier jugador que viste la camiseta blanca, invencible por los siglos de los siglos. Amén.



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