El fen?meno de Vox que logr? 52 diputados en las generales de 2019 parece cada vez m?s lejos de reeditarse. El partido de Santiago Abascal da s?ntomas de agotamiento; la proyecci?n electoral en los sondeos contin?a a la baja, mientras sus votantes se revelan como uno de los menos fieles de la pol?tica espa?ola, y s?lo reconoce haberle votado la mitad de quienes apostaron por Vox en las urnas hace tres a?os.

En el ?ltimo CIS de enero muestra un partido en declive, con una estimaci?n de voto del 10% frente al 15,1% de 2019; una ca?da que parece asentarse como una tendencia desde las elecciones andaluzas. Pero m?s all? de las estimaciones del Centro de Investigaciones Sociol?gicas, elaboradas tras el tratamiento de los datos y enormemente cuestionadas, los datos brutos de las encuestas ofrecen informaci?n sobre la situaci?n de Vox. Al bajo recuerdo de voto -s?lo un 5,4% dice haberle votado, casi la mitad del 9,88% del censo que le vot?- se une la escasa fidelidad -s?lo el 63% de su electorado votar?a ma?ana al partido- y el fuerte trasvase al PP por parte del 22% de sus votantes.

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Pero, ?qué implican estos datos? Vox ha sido una de las fuerzas m?s enigm?ticas para las empresas encuestadoras, que comenzaron infravalorando su fuerza y que ahora le siguen otorgando un papel importante en el panorama nacional. El partido de Abascal dio la campanada en las elecciones andaluzas de 2018, donde las mejores previsiones le daban los d?as previos 4 diputados. Lograron 12, irrumpiendo con fuerza en la vida institucional y condicionando el primer gobierno regional. En cambio, los resultados obtenidos en la Comunidad de Madrid o en Andaluc?a, dos de las plazas m?s relevantes del pa?s, han dejado a los de Abascal por debajo de las expectativas iniciales.

En este contexto, ?qué significa que la mitad de los votantes de Vox se hayan ‘disuelto? ?Indica un retroceso electoral o una expresi?n de protesta de sus votantes? Distintos expertos consultados tratan de desenredar el enigma de Vox, con distintas conclusiones.

Un voto coyuntural

El recuerdo de voto es s?lo un indicio de tantos para la polit?loga y presidenta de M?s Democracia, Cristina Monge, que ve m?s se?ales que permiten predecir una recesi?n electoral: “Vox alcanz? su techo en la repetici?n de noviembre del 2019, y a partir de ah? ha ido descendiendo en las encuestas y en cada elecci?n”. Aunque los comicios posteriores han sido regionales -Pa?s Vasco y Galicia, Comunidad de Madrid, Castilla y Le?n y Andaluc?a-, apunta a que los debates electorales se ha producido “en clave nacional, y no auton?mica”.

Monge achaca el hecho de que tantos votantes de Vox ‘renieguen’ de haberlo votado a las circunstancias extraordinarias de las ?ltimas generales. “En la repetici?n electoral hubo mucho hartazgo y Vox aglutin? gran parte del voto de frustraci?n y enfado”. La soci?loga apunta a que el auge del partido entonces -logr? 52 esca?os, “tuvo que ver con el contexto”, pero apunta a que “el electorado de Vox no est? consolidado. No tiene un suelo, es un voto vol?til”.

Esta circunstancia explicar?a también la ‘amnesia’ generalizada de su electorado: “El recuerdo voto siempre es una variable clave porque habla de identidad: si se mantiene tu adhesi?n, recuerdas qué votaste. Si fue coyuntural es m?s f?cil que se olvide”, advierte. En el caso de Vox, el bajo recuerdo “indica que no hay una identidad forjada, muchos votantes del PP que votaron a Vox ni siquiera se acuerdan porque fue fruto de la repetici?n electoral”.

Esto explicar?a, a su juicio, el bajo nivel de fidelidad al partido, por el que s?lo un 63% de los votantes de Vox volver?a a apostar por esta marca, y la fuerte fuga al PP, donde recala un 22% de quien apost? por Abascal en 2019. Monge advierte adem?s que “un recuerdo de voto por debajo de la mitad indica una debacle, te sit?a en un escenario de pérdida”. En el caso de Vox, roza este umbral: el 5,4% dice que apost? por Vox frente al 9,88% del censo que lo hizon realmente.

El bajo recuerdo de voto de un partido tiene adem?s otra consecuencia directa en los sondeos electorales: en el tratamiento de los datos -la llamada ‘cocina’-, se entiende que hay una infrarrepresentaci?n del electorado de esa formaci?n en la selecci?n de encuestados, y por eso el voto directo se corrige al alza para hacer la estimaci?n final. Una circunstancia que, considera Monge, puede estar llevando a “sobredimensionar” al partido de Abascal en las encuestas.

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Pablo Sim?n, polit?logo y profesor de Ciencia Pol?tica en la Universidad Carlos III de Madrid coincide en que el recuerdo de voto puede generar “distorsi?n” en las encuestas, sobre todo en “contextos de cambios”. Este fen?meno se traduce, por ejemplo, en que por norma general hay m?s gente que dice que vot? al partido de Gobierno de la que realmente lo hizo. Existe adem?s otro factor que Sim?n define como “amnesia punitiva”, por la que determinados votantes rechazan decir a quién han votado, ya sea por falta de identificaci?n con el partido o porque pertenecen al llamado ‘voto oculto’.

El principal problema de este elemento es, precisamente, el sesgo que produce en las estimaciones electorales, que resultan “menos precisas porque la materia prima no es ajustada”. Después de que el presidente del CIS, José Félix Tezanos, cambiara el modelo de estimaci?n que se hab?a empleado tradicionalmente en el Centro de Investigaciones Sociol?gicas, que era “relativamente sistem?tico”, Sim?n advierte de que “hay cosas que no cuadran” en el sondeo. En este punto, el experto admite su sorpresa ante el bajo nivel de recuerdo, puesto que “el voto de Vox es bastante desinhibido y normalmente no hay mucho voto oculto”.

El 'sesgo CIS'

Narciso Michavila, presidente de Gad3, apunta también al sesgo que conlleva el propio CIS, que ha sido objeto de numerosas polémicas desde la llegada de Tezanos. El electorado de Vox, al igual que el de Podemos, est? muy politizado, “saben quién es Tezanos”, lo que llevar?a a que haya pocos votantes de Vox dispuestos a responder a la encuesta. “El que Vox salga tan bajo responde también a ese fen?meno”, advierte Michavila.

M?s all? de este primer elemento, que condiciona toda la encuesta, el soci?logo apunta a que la norma general es que el recuerdo de voto es “intencional”: “los partidos que van hacia arriba suelen tener un recuerdo de voto por encima del real”, y viceversa. Para Michavila, éste “es un s?ntoma de que Vox no est? tan fuerte como muchas encuestas dec?an el a?o pasado”.

Ahora bien, aunque algunas encuestadoras tienden a corregir el subrecuerdo de voto de un partido aumentando sus estimaciones, advierte de que esto debe hacerse "s?lo dentro del bloque de la derecha", puesto el voto puede cambiar de PP a Vox, pero rara vez da el salto a la izquierda. El ponderar el recuerdo de voto sin tener en cuenta este factor, apunta, lleva a que los de Abascal puedan aparecer "sobredimensionados" en otras encuestas.

El l?der de Vox, Santiago Abascal, junto al vicepresidente de la Junta de Castilla y Le?n, Juan Garc?a-Gallardo. | EFE
Uno de los temas clave que marcar? el camino hacia las generales ser? la capacidad de Vox de generar certidumbre, después del desencanto con las experiencias de los Gobiernos de coalici?n: “La gente tiene la sensaci?n de que las coaliciones no han funcionado”, apunta Michavila, que cita como ejemplos lo sucedido en la Comunidad de Madrid, donde Isabel D?az Ayuso logr? una amplia mayor?a tras romper el Gobierno con Ciudadanos, o en Andaluc?a, donde Juanma Moreno Bonilla logr? la absoluta tras gobernar con los naranjas. Es por es que “el experimento de Castilla y Le?n va a pesar mucho en el pr?ximo a?o”. “El electorado quiere estabilidad” y, en consecuencia, "penaliza las luchas entre aliados" ideol?gicos.

José Félix Tezanos, presidente del CIS. | EFE
José Antonio G?mez Y??ez, soci?logo de la Universidad Carlos III, dedic? su tesis doctoral precisamente al fen?meno del recuerdo de voto, analizando los datos del CIS desde que comenz? sus registros en 1977, y también se?ala que la relevancia p?blica que ha adquirido el organismo condiciona en buena medida los resultados de las encuestas. “Hay un sesgo, sobre todo cuando el presidente del CIS ha alcanzado una notoriedad sin precedentes que genera contaminaci?n”, advierte, en l?nea con Michavila, y se?alando que esto, adem?s de los resultados de Vox, también queda reflejado en la “enorme sobrerrepresentaci?n del PSOE”.

El experto, autor de diversos estudios sobre el fen?meno del recuerdo de voto, que mezcla campos como la demoscopia, la sociolog?a y la propia psicolog?a, asegura que “el de Vox es un caso de ocultaci?n del voto” que est? ?ntimamente relacionado con el perfil del votante: fuertemente masculinizado, muy conservador en sus costumbres y “renunente” en general, m?s a?n ante una encuestadora tan se?alada.

Un perfil que tiene ciertas similitudes con el antiguo electorado de Alianza Popular: “Alguien que se siente agraviado por lo que ha sucedido en los ?ltimos 40 a?os”. Adem?s, apunta el profesor a un rasgo “singular?simo” del votante de Abascal: gran parte de su electorado son divorciados o separados, que han sufrido problemas en sus relaciones personales y que culpan a la llamada “ideolog?a de género” de su situaci?n: unas circunstancias que, intuye G?mez Y??ez, puede hacer al electorado ser m?s remiso a revelar sus posturas pol?ticas.

G?mez Y??ez considera que el voto de Vox est? ?ntimamente relacionado con el del PP: “Como regla nemotécnica, cuando el PP sube, Vox baja”. Esto se explicar?a en que en el bloque de la derecha act?an como “vasos comunicantes” que provocan cierto “efecto espejo”. El auge que ha vivido el PP con la llegada de N??ez Feij?o har?a también decaer a los de Santiago Abascal.



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