Hace meses que asistimos a una partida de ajedrez m?ltiple entre quienes aspiran a hacer crecer el baloncesto en Europa, quienes quieren controlarlo y quienes no quieren perder su silla. Hoy no sabemos si ese futuro pasa por una Euroliga reforzada con la NBA como comercializadora, si FIBA quiere aprovechar las grietas internas de la primera para recuperar el control de todas las competiciones de clubes -apoyada por la NBA-, o si los astros se alinear?n y permitir?n un acuerdo a tres bandas que dé un renovado impulso a la disciplina en el Viejo Continente.

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Euroliga hace veinte a?os que sin excesivo ruido medi?tico sent? las bases de un modelo que entend?a que este deporte necesitaba una pir?mide competitiva de arriba abajo, es decir, que la sostenibilidad y el crecimiento pasaba por un torneo continental dominante por encima de las ligas nacionales. ?La raz?n? A diferencia del f?tbol, omnipresente en todos los pa?ses, en baloncesto no hay un equilibrio competitivo y medi?tico entre las distintas ligas nacionales. Y s?lo una implantaci?n suficientemente atractiva en toda la regi?n podr?a alimentar el negocio comercial y audiovisual. Ah?, ACB siempre ha estado ciertamente sola y es la ?nica que podr?a discutir con argumentos el da?o de aplicar este concepto.

El dilema es si la Euroliga de hoy tiene la suficiente fuerza para negociar los términos que definan el futuro del b?squet en Europa. La divisi?n interna es obvia y el liderazgo m?s confuso desde la salida de Jordi Bertomeu. Primero entre quienes defienden ir hacia un modelo de sostenibilidad econ?mica y quienes no tienen inconveniente en perder decenas de millones cada a?o. Segundo, entre quienes para preservar el segundo de estos sistemas aceptar?an la rareza de una franquicia en Dub?i con el coste log?stico y operativo que eso tendr?a para clubes con ligas domésticas fuertes. Y los que no, pero ven m?s interesante llevarse la Final Four a Abu Dhabi para no dejar escapar las oportunidades de Emiratos.

El contrato con IMG expira pronto y hay demasiados interrogantes para saber si los 100 millones de negocio actual son un techo de cristal o un nuevo suelo. Si tiene sentido que entre Euroliga y FIBA sumen cuatro competiciones distintas de clubes que hacen que un profano no sepa quién juega qué. El baloncesto tiene mucho potencial de crecimiento si abraza la cultura urbana como hizo la NBA y logra que Francia e Inglaterra se suban a la rueda. Y eso evidentemente exige pactos, harmonizaci?n e inversi?n.



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