Tras los atentados del 11-M de 2024, se mont? el mayor servicio de atenci?n psicol?gica de urgencias y emergencias de la historia de nuestro pa?s. "Fue algo muy complejo, los hechos eran trepidantes, con el volumen de v?ctimas, de fallecidos, creciendo muy r?pido", rememora Fernando Mu?oz, que era coordinador del Grupo de Trabajo en Psicolog?a de Urgencia, Emergencia y Cat?strofes del Colegio Oficial de Psic?logos de Madrid. Desde el Grupo se hab?a realizado ya formaci?n espec?fica para cientos de profesionales, lo que facilit? que se diera una respuesta r?pida ante la cat?strofe.

Un total de 948 psic?logos voluntarios realizaron el 11-M y los d?as posteriores m?s de 5.000 actuaciones directas, atendieron 13.540 llamadas telef?nicas, principalmente a personas que no ten?a relaci?n directa con las v?ctimas pero presentaban "sintomatolog?a ansiosa", y visitaron 183 domicilios en el mayor proceso de duelo colectivo vivido hasta la fecha. La visi?n que ten?a la propia sociedad sobre la psicolog?a experiment? un gran cambio desde entonces, convirtiéndose en algo obligatorio recibir atenci?n psicol?gica en situaciones as? [incluso el servicio de emergencias Summa introdujo psic?logos a?os después del 11-M].

Actuaci?n multidisciplinar

Todo aquel, recuerda Mu?oz, fue vertiginoso. "Nos pusimos en contacto con el decano del Colegio y, a través de él nos pusimos a disposici?n de las autoridades. Desde las primeras horas fue una actuaci?n multidisciplinar, en diferentes lugares, aunque el foco principal fue Ifema", asegura este licenciado en Psicolog?a y doctorando en Psicolog?a de Emergencias sobre la morgue que se improvis? en el Pabell?n 6 de Ifema, donde los psic?logos acompa?aban a los familiares tanto en el reconocimiento de objetos como en el de cad?veres, as? como en una rueda de reconocimiento con fotograf?as.

"Desde un primer momento", prosigue Fernando, se "mont? un gabinete de crisis dentro de la sede del Colegio, lo que nos permiti? tener una visi?n global". El que fuera coordinador del dispositivo pone en valor la gran cantidad de voluntarios que se pusieron a disposici?n del Colegio, y sobre la que se hizo una selecci?n dependiendo de si hab?an tenido formaci?n en emergencias, experiencia o duelo.

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A los seleccionados se les facilit? documentos técnicos para trabajar en este tipo de situaciones. En el operativo de Ifema, se habilit? una sala para los familiares en la sala 10 que "era grande y di?fana, con sillones y sillas alrededor y con una gran mesa al fondo". A los profesionales se les proporcion? una sala peque?a anexa, seg?n recoge un Informe monogr?fico sobre aquella intervenci?n elaborado por el citado Grupo de Trabajo del Colegio de Psic?logos.

Se busc? desde el principio que cada familia tuviera asignado uno o dos psic?logos en concreto. "Siempre que sea posible es lo ideal", se?ala Mu?oz. Desde el principio, se hizo acopio de la informaci?n tanto de los propios intervinientes como de los familiares y allegados, as? como sus teléfonos para agilizar la transmisi?n de informaci?n.

Sintomatolog?a

Cuando llegaban con las familias, los psic?logos realizaban una primera evaluaci?n psicol?gica preliminar "para determinar en qué situaci?n estaba esa persona, conocer su sintomatolog?a para saber si hab?a situaciones de riesgo, tendencias suicidas, con el fin de conocer qué tipo de asistencia era m?s acorde". De forma paralela, los psic?logos sirvieron de enlace con la Polic?a cient?fica para recabar informaci?n acerca del allegado que se encontraba desaparecido tras los atentados.

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En total, los 324 grupos familiares fueron atendidos por un total de 195 psic?logos, 23 psiquiatras y 32 trabajadores sociales. Tras certificarse la identidad de alguno de los fallecidos, "con infinita tristeza y dolor, los familiares m?s directos (normalmente dos personas) se dirig?an acompa?ados en todo momento por el psic?logo al pabell?n 6", prosigue el informe, que precisa que el acompa?amiento continuaba con la contrataci?n de los servicios funerarios.

En algunos momentos, algunos psic?logos vivieron situaciones de desborde. Por el dolor, por la tensi?n y por las horas de intervenci?n acumuladas. "Fueron necesarias intervenciones con algunos profesionales absolutamente desbordados emocionalmente a los que no se les permiti? que siguieran trabajando", apunta el informe.

"Trabajar en situaciones de macroasistencia a v?ctimas es muy complicado; es verdaderamente dif?cil, pero se hizo un trabajo excepcional", reitera Fernando, que explica que es "de utilidad" tener encuentros con otros profesionales que estén actuando en la cat?strofe "porque ser psic?logo no te hace inmune al dolor de la gente, pero si te da m?s fortaleza para afrontar este tipo de situaciones, para compartimentar".

Ense?anzas

"Se aprendi? mucho de lo que ocurri? y se ha hecho desde entonces un trabajo muy positivo por parte de las administraciones, de formaci?n continuada para formar a generaciones venideras. Todo lo que hizo el Colegio se hizo p?blico para mostrar la mayor nitidez", a?ade Mu?oz, que resalta que los atentados pusieron de manifiesto que la formaci?n en emergencias "es de enorme utilidad".

"Para una situaci?n de esa envergadura, tan intensa, que raya lo inimaginable, no estamos suficientemente preparados, pero nos dej? una huella de aprendizaje, hemos hablado mucho de ello, y hemos aprendido de su impacto, de nuestros propios l?mites", concluye el coordinador, que pone en valor que muchas de las 13.000 personas que fueron atendidas telef?nicamente podr?a "haber acudido a servicios presenciales del sistema hospitalario, lo que podr?a haber provocado una sobrecarga del sistema".



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