El Barça acumula ya demasiados a?os desangr?ndose. Debo ir recordando - para que a nadie se le olvide -, de d?nde viene la herida. Lo resumo f?cil: de la nefasta pol?tica deportiva de sus responsables. De los que estuvieron y, en menor medida, de los que est?n. Derroche, malas decisiones, renovaciones indefendibles e impactos cero de un pu?ado de fichajes. Un plan demoledor para el Barça, a la vez que liberador para el eterno rival, a quien se le permiti? renacer en plena era Messi.

Durante la ?ltima década, llegaron ocho directores deportivos. Zubi, Robert Fern?ndez, Pep Segura, Abidal y Ramon Planes, con Rosell y Bartomeu. Mateu, Jordi Cruyff y Deco, con Laporta desde el 2021. Salvo Planes, cuyo oficio siempre fue el de hacer plantillas, ninguno aterriz? habiendo acreditado su olfato en el seguimiento de futbolistas para clubes. Procedencia de la intermediaci?n - Robert o Deco -, de los negocios del f?tbol - Mateu -, y nula o escasa experiencia en el cargo - Abidal, Jordi, Deco o Segura - fueron algunos de los méritos. El caso de Segura result? lapidario. Tras declarar que “hay que preservar el modelo Barça”, llen? el filial de futbolistas de 2a B, sin futuro en el primer equipo. Ese fue el nivel.

Sin margen de error, el club no puede depender de tres o cuatro agentes amigos, de un comisionista brasile?o, del car?cter de Deco o de las peticiones del técnico de turno. Para firmar a un Modric de 20 a?os o al nuevo Busi, se necesita much?simo m?s. Y si no tienes un “Monchi”, tal vez haya que hacer caso, aunque s?lo sea un poco, a quiénes llevan un mundo viajando y viendo jugadores para el club. Los hay, saben un huevo y quieren al Barça de verdad. Igual hasta se equivocaban menos.**



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