"St.Pauli es una isla en el f?tbol moderno. Un club donde sus aficionados son el eje, y en el que importa m?s defender unos valores que ganar", rezaban en 2017 Carles Vi?as y Natxo Parra, autores del libro 'St. Pauli. Otro f?tbol es posible', en una charla con 'El Mundo'. Al peculiar club, del barrio del puerto de Hamburgo, nunca le han importado demasiado los resultados. De hecho, en 2022 dudaban si era bueno para el club ascender a la Bundesliga, por todo lo que ello conllevo (patrocinios, cambio de visi?n...).

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Su lucha ha ido hist?ricamente en otra direcci?n. Desde su creaci?n. Un club contracultural. Contra el fascismo, contra el racismo y contra el sexismo por los propios estatutos que lo rigen. Es m?s que habitual ver al capit?n portando un brazalete con la bandera LGTBI. De hecho, fue la primera instituci?n en tener un presidente abiertamente homosexual y en su estadio, el Millerntor,

El f?tbol es solo la excusa para reivindicar que en Alemania existe algo m?s que los Bayern, Dortmund y compa??a. Que mientras los clubes se llenan de dinero extranjero, pierden su identidad m?s hist?rica y miran hacia otro lado con las injusticias que rigen su sociedad, hay un club que no se vende por nada del mundo.

Por eso, ahora en una parte de Hamburgo



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