La ministra Ana Redondo, desde que recogi? la cartera de Igualdad, ha mencionado en varias ocasiones que el abolicionismo est? en su agenda. "La prostituci?n es una forma de violencia, y nos declaramos abiertamente abolicionistas. Anhelamos una sociedad donde las mujeres y ni?as no sean prostituidas. Queremos construir una sociedad donde los cuerpos de las mujeres y ni?as no sean objetos de consumo", aseguraba en la ?ltima Comisi?n de Igualdad del Senado, remarcando, adem?s, que la trata no puede desligarse de la prostituci?n por entender que son "dos caras de la misma moneda". Por eso, subray? como "imprescindible" penalizar la demanda de prostituci?n y perseguir cualquier forma de proxenetismo.

Este mismo viernes, en el Consejo de Ministros extraordinario anunciaba la aprobaci?n del anteproyecto de ley de trata para abordar la trata con fines de explotaci?n sexual. "No es una ley punitivista, est? centrada en la protecci?n y sensibilizaci?n y para actuar frente a todas sus formas", aseguraba en la rueda de prensa. En ella, anunci? que habr? un grupo de trabajo con asociaciones y colectivos familiarizados con v?ctimas de este delito que atenta a los derechos humanos en paralelo al inicio de su tr?mite legislativo.

Pero su propuesta para acabar con la explotaci?n sexual no finaliza aqu?: Redondo también anunci? que su grupo presentar?a una oposici?n de ley para que las tercer?as locativas sean penalizadas y el art?culo 187 del C?digo Penal recoja este delito, mostrando la intenci?n del PSOE de recuperar una propuesta que hizo en la legislaci?n pasada para perseguir y penalizar a los due?os de los pisos o locales donde las mujeres ejercen la prostituci?n, a través de una enmienda en la ley del s?lo s? es s?.

Por aquel entonces, en el 2022, la propuesta recibi? el apoyo del PP para iniciar su tr?mite, pero supuso un punto de debate entre el PSOE y su anterior socio de Gobierno, Unidas Podemos. También se encontr? con la oposici?n de otros de sus socios parlamentarios. Preguntados por ello, su nuevo socio, Sumar, no indica su postura. En su programa ?nicamente aparece la palabra "prostituci?n" para decir que "se buscar? también consolidar el Plan de Inserci?n sociolaboral dirigido a mujeres v?ctimas de trata y de explotaci?n sexual y a mujeres" en esta situaci?n. Su pacto de coalici?n no menciona ni esto, ni la gestaci?n subrogada. Ya lo dijo Adriana Lastra en aquella rueda de prensa cuando se mostr? visiblemente molesta con la oposici?n de los grupos de la mayor?a -excepto el PP- a la enmienda: muchos de ellos todav?a no tienen resuelto internamente el debate.

Sin consenso

Pero, al igual que Junts, EH Bildu, PNV y ERC, parte de Sumar (como M?s Pa?s) no cree que el abolicionismo sea la v?a para abordar la prostituci?n o para acabar con la trata. Por ejemplo, los Comunes en la pasada legislatura votaron en contra de la norma por considerarla "paternalista", al igual que ERC. Adem?s, fue En Com? quien enmend? laley del 's?lo s? es s?'para que tampoco se penalizara a quien ejerza el proxenetismo "no coactivo" (no violento), ni a quienes se beneficiaran del alquiler de pisos para ejercer el trabajo sexual, como se buscaba en un primer momento.

Por su parte, Junts, EH Bildu y PNV se abstuvieron de la tramitaci?n de la ley pidiendo que se distinguiese la prostituci?n ejercida libremente de la trata, tildando la norma de "feminismo punitivista". Los nacionalistas vascos intentaron crear una subcomisi?n en el Congreso para estudiar la situaci?n de la prostituci?n en Espa?a, pero PSOE, PP y VOX votaron en contra. EH Bildu pidi? "escuchar la voz de las personas implicadas" para crear un debate en profundidad.

El aliado m?s claro que puede tener el PSOE en materia de abolicionismo es el PP. Ana Al?s, vicesecretaria de Igualdad, Conciliaci?n y Pol?tica Social del PP, asegura a El Peri?dico de Espa?a, del mismo grupo editorial que este diario, que espera que la futura ley de trata salga adelante. De ella también espera que sea integral, es decir, que no aborde solamente el ?mbito penal -castigando a los clientes o a los due?os de los locales donde se ejerce la prostituci?n- sino que dé salidas laborales, econ?micas y sociales a las mujeres que han sido v?ctimas de explotaci?n sexual para que puedan vivir. "Pero, al final, esta ley se va a quedar en nada, porque sus socios tienen una visi?n absolutamente distinta a la que tiene la ministra y el partido socialista", lamenta.

Dos situaciones en un mismo saco

Al?s se?ala que el 80% de quienes est?n en el mundo de la prostituci?n "son explotadas por proxenetas y mafias". Un dato que, asegura, viene de informes de la Polic?a. Sin embargo, Estefan?a Acién, soci?loga e investigadora en la Universidad de Almer?a especializada en prostituci?n, pone en duda ese porcentaje. Ella lleva investigando sobre ello desde el a?o 2003. Veinti?n a?os en los que ha aprendido que "todos los datos que tienen que ver con la trata hay que mirarlos con lupa". "Es un fen?meno donde muchas de las personas abolicionistas, entre las que se incluyen asociaciones que trabajan con v?ctimas de trata, consideran que ninguna mujer libre, o con alternativas, ejerce la prostituci?n", asegura. Su alegalidad hace que apenas haya datos oficiales sobre cu?ntas mujeres la ejercen, ni en cu?ntos prost?bulos o pisos, cu?ntos hombres acuden a ellos y exactamente cu?nto dinero mueve.

Explica que la ideolog?a abolicionista de la prostituci?n se remonta a la era victoriana y al puritanismo de la Inglaterra de finales del siglo XIX. Entonces se consider? que deb?a ser abolida, igual que se hab?a terminado con la esclavitud. Entend?an que estas mujeres son esclavas de sexuales del patriarcado: la existencia misma de la "prostituci?n era una instituci?n patriarcal que supone la dominaci?n del hombre sobre la mujer a través de su acceso por precio al cuerpo".

El problema, se?ala la investigadora, es que con el paso del tiempo han visto que los pa?ses en los que se lleva a la pr?ctica las pol?ticas abolicionistas, como por ejemplo en Suecia, no han conseguido terminar con la trata. Acié resalta que el origen de este delito es m?s complicado que la mera existencia de la prostituci?n. En él entran factores como la desigualdad econ?mica entre distintos pa?ses, las restricciones en las pol?ticas migratorias o las limitaciones en el mercado de trabajo de las personas en situaci?n irregular.

Distintas formas de abordarla

También indica que, aunque "el abolicionismo no contemple la penalizaci?n o criminalizaci?n de las personas que ejercen la prostituci?n", estas personas s? que ven c?mo se reprime la demanda de su servicio, c?mo se limitan los espacios donde pueden ejercer ese trabajo y c?mo se criminaliza todo su entorno. Todo ello hace que asuman m?s peligros y cuenten con menos seguridad.

Sin embargo, el modelo n?rdico no es el ?nico que hay. Holanda, por ejemplo, ha abogado por el reglamentarismo, aunque apunta que "all? lo que se pone en el centro no son los derechos de las mujeres, sino el control policial y laboral del fen?meno". Otro modelo es el alem?n, donde se hace "un intento de tratar la prostituci?n como si fuera otro trabajo". En este caso, el obst?culo que encuentra la investigadora es que "la prostituci?n no puede ser considerado un trabajo cualquiera" al entrar en juego la sexualidad de las personas.

Por eso, para ella y otras tantas"investigadoras y personas que est?n cerca del fen?meno y de quienes ejercen la prostituci?n", el mejor ejemplo de c?mo abordarla se encuentra en Nueva Zelanda, donde se decidido por un modelo pro-derechos. "All?, el gobierno lo que hizo fue estudiar de manera tranquila, sosegada y contando con la participaci?n de personas que ejerc?an la prostituci?n, para proponer y articular una ley que pone en el centro sus derechos". La Universidad de Otago, encargada de analizar su impacto de la reforma, concluy? que el 90% de las trabajadoras sexuales cre?an que esta les hab?a dado empleo, derechos legales, salud y seguridad. Otro 64% encontr? m?s f?cil rechazar clientes y un 57% dijo que las actitudes de la polic?a hacia ellas hab?an cambiado para mejor. "Nos parece que ese modelo s? que podr?a dar respuesta a los problemas cotidianos de las personas, algo que no hace una pol?tica abolicionista", asegura.

En este modelo pro-derechos, en el que se despenaliza la prostituci?n, la trabajadora sexual puede crear cooperativa y gestionar su propio burdel, sin que un empresario que fiscalice su trabajo, as? como ejercer en la calle.

Sin contacto con las asociaciones

Acién, como la Comisi?n 8M, una de las convocantes de la manifestaci?n por el D?a de la Mujer en Madrid, considera que se debe de tener en cuenta la voz de las personas que ejercen la prostituci?n y que no son v?ctimas de explotaci?n sexual. Porque, asegura, una no es sin?nimo de lo otro. Sin embargo, lamenta que, a d?a de hoy, el gobierno no las considere interlocutoras v?lidas. Las asociaciones de trabajadoras sexuales con las que ha contactado este peri?dico niegan que se hayan puesto en contacto con ellas para conocer su opini?n ante los posibles cambios legislativos.

"Una vez m?s, el 8 de Marzo, D?a Internacional de la Mujer, se presenta como una amenaza contra la libertad y los derechos de las mujeres que no aceptan que ser mujer implique un comportamiento normativo y una moral dictada por la correcci?n pol?tica. Se nos declara v?ctimas, aunque no aceptemos esa etiqueta, se propone cerrar los locales donde ejercemos nuestro trabajo, impedir que podamos alquilar pisos para ejercer nuestra actividad, y castigar con medidas punitivas propias de la polic?a de la moral, a nuestros clientes. La alternativa que propone ese feminismo inquisidor es la de convertirnos en mujeres subvencionadas, sometidas a su moral, 'salvadas' por el Estado y por las organizaciones de la llamada 'industria del rescate'", aseguraba por medio de un comunicado la plataforma StopAbolici?n.

Por su parte, el Movimiento Feminista de Madrid, las otras convocantes, consideran que la ley de trata que quiere sacar adelante el PSOE se queda corta, y piden que se apruebe una Ley Org?nica Abolicionista Sistema Prostitucional. Opiniones totalmente dispares que hacen pensar que a este debate, hist?rico en el movimiento feminista, a?n le quedan a?os.



أكثر...