La grada del Estadi Ol?mpic, impecable afici?n durante la previa y la primera media hora -con alguna excepci?n, como siempre en todos los equipos- del partido entre el Barça y el PSG, call? de golpe tras la roja a Ronald Araujo y el gol de Dembélé.

Regresaron los fantasmas del pasado con un duro e injusto golpe, aunque el contexto, esta vez, era muy diferente. Alg?n c?ntico m?s t?mido volv?a cuando los de Xavi ten?an el bal?n. La sensaci?n en Montjuïc tras la expulsi?n del uruguayo era de un partido perdido cuando todav?a no lo estaba. Y apareci?, entonces, Pau Cubars?.

Tras el tercero del PSG, obra de un Mbappé que solo pudo hacer da?o de penalti y con otro gol de rebote mal defendido, a pesar de que muchos se empe?en en decir que fue su gran noche, el central catal?n se visti? de l?der, con diecisiete a?os, cuando el equipo m?s necesitaba a los suyos. Pidi? a la afici?n, con aplausos y un gesto alentador, que no dejase de animar. Que su apoyo y calor era crucial para volver a meterse en la eliminatoria. E hizo levantar a una grada que volvi? a ser la de la previa hasta que lleg? el cuarto, fruto de la desesperaci?n.

Una imagen que no se vio en televisi?n y que refleja la condici?n innata de capit?n (del futuro) que lleva Pau Cubars? en su sangre y también que explica lo m?s importante que tiene que tener un jugador que vista la camiseta culé, m?s all? del talento.

El Barça es m?s que un equipo de f?tbol. Es una historia. Un sentimiento. La afici?n acepta la derrota cuando se compite, se lucha, y los jugadores se dejan la piel. Como lo hizo Raphinha, tanto en Par?s como en Montjuïc.

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Pau Cubars? es un ejemplo de lo que tiene que ser un jugador del Barça. El f?tbol se entrena y se mejora, aunque también viene de serie, como en su caso. Pero el sentimiento, la garra, la capacidad de liderazgo, a la edad que sea, se tiene o no se tiene. Y el de Estanyol lo tiene desde que empez? a dar patadas al bal?n, ya desde muy peque?o.

El Barça, un club tan singular por el juego que quiere proyectar en el campo pero, sobre todo, por todo lo que lo rodea, necesita m?s Cubars?s. Como Gavi, como Ferm?n, como Claudia Pina, como Aitana, como Bruna, como Jana, como Sergi Roberto... como Araujo -todos cometemos errores-. Que se dejen la piel por defender el escudo. Que luchen hasta el final.

Cubars? acab? llorando, después del silbato final. Se vino abajo. Porque, al final, no deja de ser un adolescente que vivi? su primer gran desenga?o. Y eso duele mucho.*

A prop?sito: el pr?ximo gran partido que acoger? el Estadi Ol?mpic ser? la ida de las semifinales de la Champions femenina entre el Barça y el Chelsea, este s?bado. Y ellas también necesitan el calor de la afici?n, que siempre responde con creces. Partido clave para poner rumbo a Bilbao.



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